Isidro Bautista Soriano

Este mes comenzará a escribirse una nueva historia del estado de Guerrero con la llegada de Evelyn Salgado Pineda como su primera gobernadora, y con la Cuarta Transformación como bandera.

Para el pueblo representa, sin duda alguna, la esperanza del cambio verdadero. La ve igual como ve a Andrés Manuel López Obrador, al que abrumadoramente llevó al cargo de presidente del país, sin que a estas alturas decaiga su simpatía, a tres años de haberlo asumido, después de una historia larguísima de corrupción, teñida por el PRI y PAN, como gobiernos de la República, en su momento.

Nada fácil, el reto: la gente mayoritariamente con el bolsillo casi sin nada, y con una pandemia todavía incontrolable y un clima de inseguridad convertido cada vez más en bola de nieve, por lo que tiene que caminar como si anduviera en terreno minado.

Y lo peor: el gobierno del estado y los ayuntamientos, con las arcas en una quiebra jamás vista, y su burocracia, en su más profunda crisis de desesperación por falta de pagos, incluidos sueldos, ni por considerarlos sagrados, particularmente en Acapulco y Chilpancingo, con Adela Román y Antonio Gaspar como sus alcaldes.

Pese a todo, hay condiciones de gobernabilidad atribuidas innegablemente a Héctor Astudillo, por entregar, a mitad del mes, en una relación mejor tejida entre gobernadores saliente y entrante que la observada en 2005 entre el hoy finado René Juárez y su sucesor en el cargo, Zeferino Torreblanca, tratándose en ambos casos, de diferente posición ideológica.

Se espera en Evelyn Salgado mejor ejercicio de gobierno que todos los antecesores, más por su compromiso de no robar, no mentir, ni traicionar al pueblo, que en otros gobiernos se quedó en simple eslogan de campaña.

¿Qué se ha hecho con el llevado y traído déficit de 13 mil o 21 mil millones de pesos (ya ni se acuerda uno del monto exacto) detectado en el gobierno del estado, a la llegada de Astudillo al cargo?

¿Cuántos presidentes municipales estarán en el ojo de la Auditoría Superior del Estado de Guerrero por cuentas bajo sospecha? ¿lo estarán realmente?

La gente está harta de la corrupción, harta de los gobernantes saqueadores e impunes, a quienes culpa de la pobreza, de la violencia, de tantos males en que se encuentra todavía sumida, y por lo cual se decidió votar por Morena, primero con AMLO para presidente, y apenas con Evelyn para gobernadora.

Harta está de que haya quienes quieren ser candidatos y después representantes populares para robar, mentir y traicionar.

La 4T llegó para quedarse en México y en Guerrero. El PRI —lo cito por ser el segundo partido aún más fuerte después de Morena— necesita cirugía plástica en todas sus entrañas para recobrar confianza, o se va al último lugar.

Evelyn tiene de dónde cortar: heredera de un espíritu de lucha social venida de su padre, el actual senador Félix Salgado Macedonio —y también su más fiel aliado—, y la afinidad ideológica con AMLO, con el que trabajará con el mismo fin: hacer una mejor historia, con un gobierno en el que estén primero los pobres, y vaya que si en Guerrero no los hay.

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