Prevenir la violencia de género desde una perspectiva educativa integral II/II
Mayra Martínez Pineda
Este es un punto importante, a pesar de que hay logros de niñas y mujeres jóvenes, por estas cualidades que tienen a desarrollar como valores, la realidad también es que las brechas de desigualdad se manifiestan en la educación desde que las niñas se empoderan en materias como las matemáticas y luego al llegar a bachillerato se invisibilizan pues no son validadas sus aspiraciones a carreras profesionales que tengan que ver con ciencias o ingenierías, dando por hecho que son lugar para la población masculina, docentes y familias no apoyan a las mujeres a romper la brecha de género por estereotipos en la formación profesional, las mujeres son llamadas a áreas de sociales o espacios donde continúen el papel de cuidadoras, nunca en carreras que les den prestigio, reconocimiento y valor de capacidades.
La sustitución del modelo dominio-sumisión por modelos educativos coherentes con los valores democráticos son entonces la opción.
No será fácil romper lo tradicional para tener un nuevo modelo, pues considera programas de reeducación y coeducación para hombres y también para mujeres que naturalizan este orden social, en el que los hombres dominan y se imponen, y en las mujeres deben respetar y subordinarse al género por el simple hecho de un aprendizaje perpetuado, para garantizar los privilegios de un género que poco ha abonado a la justicia, la inclusión y los valores que enarbola la verdadera democracia, que no es otra cosa que el respeto entre las personas, a sus ideas, a sus espacios, a sus manifestaciones, todas en libertad, por el simple hecho de ser personas, garantes de todos los derechos, completos, sin mediar que un género tenga más derecho que el otro. En igualdad.
La igualdad se puede construir, mostrando a las nuevas generaciones que tiene más aceptación por el formato de inclusión y respeto entre las personas, a partir de programas de educación integral en todas las etapas.
Familias más identificadas con la propuesta de potenciar las cualidades de las hijas y no sólo de los hijos, por razones de género y estereotipos tienen menos violencia de género y fortalecen en la formación de personas igualitarias.
La división en dos espacios, lo público para los hombres y lo privado para las mujeres, es un modelo arcaico ya superado, la gran tarea ahora es frenar la violencia de género que conlleva el romperlo.
* Maestra en prevención de Violencia de Género por la Universidad de Salamanca, España.