Isidro Bautista Soriano

Dicen algunos que con la llegada de Sandra Luz Valdovinos Salmerón como fiscal general del estado se militarizó a Guerrero, en tanto que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, de manera mesurada, habla de dar oportunidad a aquélla para que demuestre su capacidad de trabajo ministerial, antes de estigmatizarla.

El titular de Seguridad Pública del gobierno estatal, Evelio Méndez Gómez, viene a ocupar el cargo desde las fuerzas armadas de México, de la Marina concretamente, aunque esto no tiene nada de raro, pues los que le antecedieron han tenido ahí mismo su origen profesional.

No había sucedido que un militar llegara al frente de la Fiscalía o a la otrora Procuraduría General de Justicia. La ley orgánica de la dependencia dispone que el titular deberá ser un profesionista del Derecho, y en el caso de Valdovinos Salmerón, lo es por las instituciones armadas.

¿Qué diferencia habrá entre un civil o un militar en cargo ministerial? De inmediato, podría relacionar a un miembro de las fuerzas armadas como más capaz y más honrado.

Por eso, Salgado Pineda pide que se le dé tiempo para demostrar su capacidad de trabajo. Esta semana, de ella dijo: “yo creo que es una mujer muy preparada, con trayectoria limpia, y que no tiene nada que se le pueda señalar”. Y en efecto, hasta el momento no ha sido señalada de algo negativo.

Es de resaltar el hecho de que no tiene intereses en Guerrero. No tendría favoritismo por alguien en lo personal, un partido político u organización civil o social. Se ha dicho, y ha resultado cierto, que los anteriores, casi todos, han fungido como tapadera.

No queremos aquí sostener que uno de las fuerzas armadas sea mejor que un civil. Iñaki Blanco Cabrera lo fue aceptablemente en los tiempos del gobernador Ángel Aguirre Rivero sin necesidad de haber portado uniforme militar. Han transcurrido más de siete años del caso Ayotzinapa en Iguala, y su expediente lo ha mantenido limpio legalmente.

Lo que sí sería necesario mencionar es que quien esté al frente de dicha dependencia, como todas las del Estado mexicano, sea militar o no, simplemente cumpla con su deber, que lleve a la práctica su juramento de respetar y hacer respetar la ley.

El mismo Efrén Cortés Chávez, sobreviviente de la masacre de El Charco, escribió en su Facebook del 18 diciembre pasado: “Para que en una sociedad exista Estado de derecho, el Gobernante debe de respetar la ley. El Gobernante no puede exigir al Gobernado lo que él no está dispuesto a respetar”.

Un fiscal, en toda la extensión de la palabra, y más arropado por la 4T, no debe esperar línea de arriba, más bien de nadie, para actuar. No debe esperar instrucciones para agilizar alguna investigación. Todos los casos deben tener trato igual.

Dice el senador Félix Salgado Macedonio, que con su enorme capital político contribuyó al triunfo electoral de la hoy gobernadora, que se acabaron los privilegios con la llegada del gobierno que ella encabeza.

La 4T dice no a la corrupción, con el presidente Andrés Manuel López Obrador en México, y Salgado Pineda en Guerrero. Hay confianza, mucha, en ambos por acabar con tanta corrupción heredada.

Y eso se refleja en todas las encuestas en las que Salgado Pineda se mantiene aprobada por la sociedad.

¡Qué noticia! Las fotos que aparecieron ayer en primeras planas de los periódicos de la Ciudad de México con Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, entre tres hombres identificados como cabecillas de la delincuencia organizada, y por lo que no tuvo empacho para excusarse en que “me he tomado muchísimas fotos, y no le voy a preguntar a cada persona: ‘oye, ¿quién eres tú? ¿a qué te dedicas?’”.

Y ahí está una pregunta clave: ¿qué hará al respecto Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República, por que el ex futbolista no habló de que se tratara de un fotomontaje?

Todo fiscal, se supone, debe hacer sólo lo que le marca la ley. Es el tiempo de que la 4T lo demuestre.

isidro_bautista@hotmail.com