Las finanzas personales
Irving Al Juarizmi Calvo Valenzo
Estamos por finalizar el primer mes del 2022, atrás ha quedado la euforia, emoción y motivación con que muchos hicieron los famosos propósitos de año nuevo, los cuales por cierto pocas veces se cumplen.
Uno de los aspectos que más “preocupan” a las personas es el tema financiero. Seguramente conoces a alguien que dijo que este año si va a ahorrar, a invertir, a gastar menos, etc. (Si no lo conoces, entonces ese alguien eres tú).
Querer es poder, se dice comúnmente. Desafortunadamente, eso no siempre es cierto. Al menos en lo que se refiere a la cuestión financiera no basta con querer, se necesita desarrollar ciertas habilidades y hábitos que favorezcan el hacer un uso más adecuado de los recursos económicos.
Hablar de finanzas es hablar de dinero, y en torno a este punto hay muchas opiniones. La tendencia cultural es el asignarle una carga negativa, por las experiencias que se llegan a generar con su manejo.
Existen tantas frases, dichos, creencias e incluso supersticiones que hacen del dinero “algo de cuidado”.
Independientemente de nuestra opinión o postura al respecto, es innegable que una de las partes que mayor influencia tienen en nuestra vida es la cuestión económica. Es uno de los principales recursos con los que disponemos y que por consecuencia repercute en nuestro bienestar personal. Y precisamente por eso considero importante el dar a conocer algunos aspectos básicos, pero primordiales en cuanto a las finanzas se refiere.
Nuestras finanzas se dividen en dos áreas: ingresos y egresos, los cuales a su vez se clasifican en fijos y variables.
Ingreso es el dinero que recibimos y egreso lo que sale de nuestro bolsillo, dicho esto en palabras sencillas para entender mejor los conceptos. Los fijos son los que no cambian mes con mes y variables los que si tienen una modificación.
Dicen que cualquier destino es bueno para aquel que no sabe a donde quiere ir. Algo así pasa con el tema financiero, en ocasiones la ausencia de metas hace que no se tenga una dirección clara. Por eso la recomendación que siempre hago en las asesorías financieras es establecer metas, ya que una vez que se cuenta con ellas se facilita el determinar las acciones para lograrlas.
Una herramienta básica para el uso adecuado del dinero es el presupuesto.
Un presupuesto, contrario a lo que muchos piensan, no es un registro por escrito de los gastos realizados. Como su nombre lo indica, pre, se refiere a que se hace antes, en este caso antes de recibir el dinero uno ya tiene estipulado en que lo va a utilizar.
Mi recomendación es que un presupuesto personal debe considerar en la parte de egresos al menos estos cuatro rubros: gastos, ahorro, inversión y previsión.
Dentro de los gastos hay que considerar aquellos que son indispensables, como la comida, renta, educación, transporte, despensa, medicamentos, etc. Hay que considerar también los gastos frecuentes entre los que destacan los de recreación, diversión y pasatiempos.
En lo referente al ahorro, existen muchas opciones en la actualidad para lograr este propósito. Desde la clásica alcancía hasta los medios automáticos como es la domiciliación (descuento automático en tu tarjeta). Dentro del ahorro hay que considerar una parte para destinarlo a lograr algunas de las metas que previamente se establecieron y otra es ideal tenerla como fondo de ahorro ante alguna eventualidad.
Seguramente sabrás que el dinero con el paso del tiempo pierde su valor. Para evitar eso es que el dinero debe de invertirse. Instrumentos de inversión hay muchos, con distintos tipos de riesgo, lo aconsejable es iniciar con riesgo bajo y conforme se tenga más conocimiento incrementarlo. Aunque en realidad depende mucho la situación de cada persona. Un joven que invierte en riesgo alto tal vez no tenga tanto problema si pierde un poco de dinero, pero no sería lo mismo para un adulto mayor.
Por último, el tema de previsión. Que básicamente se puede manejar de buena manera a través de seguros. Hay diversidad en ese sentido y dependerá de tus necesidades, así como posibilidades los que desees tener.
Seguros de auto, gastos médicos mayores, daños (inmuebles), vida, responsabilidad civil, son tan solo algunos ejemplos. La ventaja de tener un seguro es que en caso de presentarse alguna eventualidad, contarás con un respaldo económico para hacer frente a ellos. Y en este sentido existe la creencia de que un seguro lo cubre todo, y tal vez de ello se deriva su mala fama, porque no, un seguro no cubre todo. Hay coberturas y exclusiones que siempre es importante conocer.
Se debe de tener sensibilidad suficiente al tratar lo referente al dinero, ya que es claro que cada persona tiene realidades diferentes y en nuestro país como en muchos otros hay grandes contrastes económicos/sociales. No conviene generalizar y decir que todo aquel que no ahorra es porque no quiere. Hay que aceptar que en algunos casos eso es prácticamente imposible.
Pero quienes tienen la posibilidad de contar con ingresos constantes, independientemente del monto, pueden hacer que su dinero rinda más a través de su presupuesto personal.