El impacto del Covid-19 en las mujeres
Mayra Martínez Pineda
La crisis sanitaria está evidenciando la enorme desigualdad de las mujeres ante las circunstancias adversas. A lo largo de la historia mundial, está documentado que ante las guerras, las pandemias, las crisis económicas y sociales, son las mujeres las más afectadas. Las razones son principalmente económicas, la pobreza ha estado concentrada siempre en un gran número de mujeres, que además en estas crisis, deben ser cuidadoras y tienen que procurar la salud de cualquier integrante de la familia, a costa de la suya.
Podemos decir que hoy hay más mujeres con acceso a empleos bien remunerados y siendo educadas en universidades importantes, y aunque para México se ha documentado un gran avance en la brecha de educación según la OCDE, aún dista mucho de que podamos hablar de grandes mayorías de mujeres en estas posibilidades. Sólo tres de cada 10 mujeres participan en el mercado laboral, si esto fuera como lo hacen los hombres, siete de cada 10, el país crecería hasta un 70% para 2025, según datos de la AMMJE (Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas); sería la meta a alcanzar, pero no hay políticas públicas que estén incentivándolo; las mujeres siguen siendo superadas en ello y esta crisis sanitaria ha hecho que se recrudezcan las realidades de muchas, que han tenido que soportar incluso la propia enfermedad sin poder tener acceso a servicios de salud, tanto por no poder pagarlos en iniciativa privada, como por no tener prestaciones.
El Covid-19 se ha convertido ya en la primera causa de muerte en la población mexicana, y ante la poca visibilización de este problema, con medidas casi nulas para contener los contagios, la realidad de las mujeres se ha recrudecido, la violencia en casa, las pocas oportunidades de teletrabajo, el ser cuidadoras de hijas e hijos que no están en clases presenciales, además de estar muchas encargadas de asistir a las personas que enferman en casa, hacer las compras y en suma, estar en primera línea ante los contagios, profundiza para muchas mujeres las brechas que les impiden su acceso a mejorar la calidad de vida.
El promedio de vida de las mujeres actualmente es de 78 años y aunque está por encima del promedio de vida de los hombres, el factor calidad de vida es mucho menor. No es vivir por vivir, sino en qué condiciones.
Los especialistas predisponen que costará mucho tiempo para que superemos en todos los sentidos las crisis de esta pandemia, pero a quienes más ocupará, si es que no se diseñan estrategias de igualdad, será a las mujeres; a las mexicanas que han tenido que emprender desde casa para subsistir, a las que han postergado su preparación académica o nuevas oportunidades en empleos, a las que padecen cáncer, cuyos tratamientos han tenido que parar por los riesgos y pocas garantías de sanidad, ya que las prioridades en materia de salud cambiaron, a las que deben estar ahora sin horarios en el hogar y a las que cohabitan con sus agresores ahora acechándolas sin tregua…
El impacto de esta enfermedad en las mujeres tiene que ser analizado a profundidad para rediseñar políticas públicas que les permitan una mejor recuperación, la capacidad de las mujeres y su importancia para reconstruir una vez pasada la crisis sanitaria será vital, por ello hay que incluirnos, hacernos visibles y documentar cómo lo pasaron las mujeres en épocas de pandemia y cuál fue su futuro una vez superada.
* Maestra en prevención de violencia de género por la Universidad de Salamanca, España