Sergio Lugo

Se dio a conocer una supuesta investigación de Loret de Mola, sobre José Ramón, el hijo mayor de López Obrador, precisamente para atacar al Presidente.

El mandatario señaló a Loret de Mola como mercenario, estoy de acuerdo. Cuando salía en Televisa, era un bravucón para entrevistar a sus invitados, iracundo, hacía publicidad disfrazada, como cuando de frente, habló con Emilio Lozoya, sobre las políticas neoliberales de Peña Nieto, fue adulador.

Era conocido por su infidelidad con la conductora Laura G, también por sus montajes de guerra y por su relación con García Luna, preso por narcotráfico. Después, salió de dicha televisora, pero desde el diario El Universal sus artículos la mayoría de las veces, son para atacar al Presidente.

Basta leer cualquier ejemplar de ese periódico de 2017, para ver cuánta publicidad tenía del gobierno federal, en un solo día, eran miles de pesos. Ahora, desde que llegó AMLO a la presidencia, se acabaron esos embutes.

Su abuelo Carlos Loret de Mola Mediz, también periodista, fue legislador del PRI y hasta gobernador de Yucatán. Recomiendo su libro Que la nación me lo demande, obra póstuma a su muerte en 1986, ahí criticaba a Miguel de la Madrid, pero desde adentro del PRI.

AMLO pidió a Loret de Mola diga públicamente quién le paga y cuánto dinero recibe. En su artículo, en el periódico citado, del 10 de febrero, el periodista, enojado, evade ese reto.

Sabemos que Latinus donde trabaja Loret de Mola, es financiado por Roberto Madrazo, del PRI, político que le arrebató la gubernatura de Tabasco a López Obrador en 1994. También es financiado por un ex funcionario del ex gobernador Silvano Aureoles.

En esa plataforma colabora Víctor Trujillo, el payaso “Brozo” quien ahora se mofa de López Obrador, el mandatario dijo que antes era inteligente pero ya cambió. Lo recuerdo, hace unos veinte años, cuando estaba en CNI Canal 40, era imparcial, tuvo un programa “Las nueve y sereno”, donde ponía jazz. Sin embargo, desde entonces ya utilizaba a las mujeres como un objeto sexual, dijo AMLO.

Cuando decidió emigrar a Televisa, se volvió más sumiso, sus programas “El Circo” y “El Notifiero”, más allá de la debacle del raiting, su calidad disminuyó, al grado de ser grotescos. En 2004 fue quien dio a conocer en la tele, el video de René Bejarano, cuando el esposo de Dolores Padierna, recibía sobornos del empresario Carlos Ahumada.

López Obrador acusó que eso fue un complot de Carlos Salinas. En el libro Derecho de réplica, del propio Ahumada, confiesa que el ex presidente, quedó en pagarle por esos videos, junto con Diego Fernández de Cevallos del PAN, justo para que AMLO no fuera candidato presidencial. Eso lo ordenó también Fox, y la mediadora fue Rosario Robles, amante de Ahumada.

Ahora el presidente también señaló a Carmen Aristegui. La recuerdo cuando en 2016 mis compañeros de la APPG le dieron la presea “Sentimientos del pueblo” en Chilpancingo. Fue recibida como una heroína, como si fuera candidata. Muy sencilla, no llevó camarógrafo. Por esos días la fui a visitar a su oficina de CNN para obsequiarle un libro.

El error de Aristegui es darles publicidad a los reportajes de Loret de Mola, sobre los hijos de AMLO. A lo que el periodista Julio Hernández “Astillero” considera como inferencias. Nunca entendí por qué ella le da voz a Denise Dresser, una neoliberal que difunde noticias falsas, y tuvo de colaborador al racista de Lorenzo Córdova.

Al unísono, la revista Proceso publicó en su número reciente una entrevista a Cuauhtémoc Cárdenas, donde critica la estrategia de López Obrador, y al mismo tiempo escribió Javier Sicilia, quien compara al presidente con Calles, la intención es denostar.

Aun así, la maestra Gabriela Jiménez, coordinadora de la asociación civil “Que siga la democracia”, junto con voluntarios, han reunido 9 millones de firmas en todo México, para exigirle al INE de Murayama que hagan la consulta de ratificación de mandato del Presidente, el 10 de abril. A ella, la pluma de Loret también la criticó.