Sergio Lugo

El pasado 8 de marzo se conmemoró el Día de la Mujer, eso fue gracias a la lucha de las mujeres obreras y revolucionarias de todo el mundo.

Cada vez que escribo sobre la historia de México y de la 4T, empiezo aceptando que tengo poca información de mujeres que han participado en la Independencia, en la Reforma y en la Revolución Mexicana.

En términos generales, la historia oficial resalta sólo a una mujer en la Independencia, a doña Josefa Ortiz, a quien le agregan el apellido de su marido (una mujer siempre debe conservar su apellido aún casada, como Yoko Ono). En la Reforma, ponen en primer lugar a Benito Juárez, pero poco hablan de su esposa Margarita. En la Revolución, las mencionan en plural como las “Adelitas”.

Sobre la emancipación de nuestro país frente a España, recomiendo la obra de Leona Vicario, quien donó su fortuna a la causa insurgente, además, de servir como mensajera, hay un librito sobre ella que como título lleva su nombre, del autor Alejandro Rosas, editado por el FCE bajo la colección Vientos del pueblo.

Sobre “la esposa de Benito Juárez”, Taibo II escribe: “El 31 de julio de 1843 te casas con Margarita Maza, 20 años más joven que tú, hija de Antonio Maza, uno de tus protectores, y de doña Petra. Según las fotos, fornida, güera de ojos azules, autodidacta. Margarita conoce la existencia de tus hijos previos y los asume como parte de la familia”. Yo me pregunto: ¿Cuántas mujeres mexicanas habrán luchado en contra de la invasión del imperio francés?

Sobre las mujeres en la Revolución mexicana, recomiendo el libro Heroínas Anónimas, de Angélica Marín. (Ediciones Romel, México), que precisamente rompe el mito de que sólo hubo hombres sublevados, al contrario, ella demuestra el papel fundamental de las mujeres. Menciona a Hermila Galindo; María Arias Bernal, apodada María Pistolas; la profesora Dolores Jiménez y Muro, entre otras.

Gracias a la socialista Elvia Carrillo Puerto, apodada La Monja Roja, (hermana de Felipe, el gobernador de Yucatán), en los 20 logró la aprobación del sufragio femenino. Y tuvieron que pasar treinta años para que se aprobara a nivel nacional el voto de la mujer.

Ya a mediados del siglo pasado, en la lucha de la izquierda, me pregunto: ¿cuántas profesoras habrán luchado en el Movimiento Revolucionario del Magisterio? ¿cuántas obreras apoyaron al movimiento ferrocarrilero?

En los 60 ¿cuántas enfermeras marcharon en la huelga de los médicos? En 1968 en la lucha estudiantil también hubo mujeres torturadas y encarceladas como La Tita Avendaño; y mi paisana de Taxco La Nacha Rodríguez.

En el libro Fuerte es el silencio, de Elena Poniatowska, (Era, México) relata cómo varias mujeres de izquierda fueron vejadas (a sus bebés los maltrataban). Me conmueve el capítulo dedicado a Rosario Ibarra y las madres de jóvenes desaparecidos y encarcelados, que hicieron una huelga de hambre, afuera de la catedral en el DF en 1978. También me pregunto ¿cuántas mujeres guerrilleras fueron asesinadas por el PRI?

Sobre la prensa, recomiendo la revista Zócalo, del número 229, de 2019, la cual está dedicada a las mujeres en el periodismo.

Hace poco Sheinbaum organizó un mitin con las gobernadoras de Morena, fueron lindos sus discursos. Y después, AMLO hizo lo mismo en Palacio Nacional, ahí me encantó la voz rebelde y congruente de la diputada Andrea Chávez.

En contradicción, Morena permitió que en Solidaridad, Quintana Roo, vaya de candidata a diputada local Estefanía Mercado de la Coparmex (en coalición con el PT y que encabeza el Verde), cuando el año pasado fue abanderada del PAN y de Calderón, además atacó a la 4T y es neoliberal.

Fue aniversario luctuoso de “Sax”; y de Rita Guerrero, pionera del rock, cantante de Santa Sabina, a quien pude conocer en un mitin de izquierda. Les recomiendo su canción Foto finish, junto a Saúl Hernández, en la película Ciudad de ciegos, canta: “esperó toda la noche, pero nunca amaneció, desesperada voló por los cielos y en esta avenida cayó”.