Abelina y su viaje
Isidro Bautista
La alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, habría de pensar dos veces en la posibilidad de cancelar su viaje a Estados Unidos, por su propio bien.
Ella misma escribió este lunes 4 en sus redes sociales: “En conferencia de prensa con integrantes de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, Región Acapulco, se informó y respondió a los medios sobre un hecho delictivo suscitado el fin de semana en playa Manzanillo. La respuesta de las autoridades fue inmediata el día de los hechos y con ello buscamos ser enfáticos en que se trabaja para garantizar la seguridad de los acapulqueños y de nuestros visitantes”.
Es por eso precisamente: la seguridad. ¿Qué diría la sociedad si ocurriera una peor desgracia en su ausencia?
Cuando Chilpancingo estaba en situación caótica por el bloqueo de la autopista, por parte de la Ceteg, la gobernadora Evelyn Salgado salió al paso, se metió en medio de los inconformes y fue reabierto el paso.
¿Qué tan necesario representa el viaje a Orlando? ¿Vale la pena? aún cuando estaría en riesgo su futuro político, cualquiera que fuera, o de plano, ha de pensar en que va por turistas con una red como si fueran peces.
Aquella ciudad cuenta con una serie de parques por los que cada año atrae a 75 millones de turistas de todo el orbe, y ante lo cual, se convierte en el lugar más visitado de Estados Unidos.
¿A poco ha de creer que así de fácil, con la mano en la cintura, le arrebatará a sus visitantes o que le hará un boquete con un Acapulco que por su más reciente puente vacacional recibió a 64 mil paseantes, a decir de la Secretaría de Turismo de su gobierno?
¿A poco en Estados Unidos no sabrán de los niveles de violencia de México, luego de que, por ejemplo, hace justo un año, su Departamento de Estado actualizó la alerta de viaje para México debido principalmente al Covid-19, con un llamado a ejercer “mayores precauciones por delincuencia y secuestros”?
¿Qué pudo haber contestado en Orlando este mismo lunes 4 a la pregunta de cómo estuvo el fin de semana para convencerlos de que son mejores las playas de Acapulco que sus parques?
Durante diciembre del año pasado, 65.8 de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro, de acuerdo con la encuesta nacional levantada por el Inegi correspondiente al cuarto trimestre.
Acapulco reflejó que el 76.6 por ciento se siente inseguro en su propio municipio, 5.8 por ciento más que en septiembre inmediato anterior.
Se convirtió en una de las cinco peores ciudades en materia de inseguridad, y por ahí, por cierto, anduvo Chilpancingo, donde gobierna Norma Otilia Hernández Martínez, que cayó al 76.5 en diciembre, casi igual que en el mismo septiembre; es decir, no se vio que bajara la delincuencia.
¿Qué va a contestar si el 84 por ciento de los encuestados respondió que se sentía inseguro en los cajeros automáticos localizados en la vía pública? ¿Qué va a contestar si el 66.7 por ciento contestó sentirse también inseguro en el transporte público, y el 66.1, en el mismo banco?
¿Qué va a contestar si el 62.5 por ciento dijo que los niveles de delincuencia seguirán igual o peor en los próximos doce meses en Acapulco? ¿Se atreverá a confesar que la mayoría de los propios acapulqueños percibe que las cosas no mejorarán este año como para sentirse seguros?
Desde luego, esto no quiere decir que debe permanecer con los brazos cruzados para reactivar el turismo. Es su obligación ver la manera de apoyar al sector, pero de una manera factible.
¿Usted cree que los turistas de Orlando o de todo Florida dejarán de preferir la Riviera Maya, especialmente por su cercanía geográfica, y cuando el año pasado tuvo una afluencia de casi 15 millones de paseantes?
¿Aun así todavía existe la intención de ir? Es algo así como llevar las pipas en busca de agua en el desierto. ¿Qué otro motivo pudiera haber entonces, o no hay otra persona capaz de ir en su lugar?