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Articulos El Guerrero 25 abril, 2022 (Comentarios desactivados) (278)

La indiferencia, el verdadero abuso contra la niñez en México

Mayra Martínez

Hace unos años, el caso del canadiense que besó en público de manera lasciva y retadora a una menor causó indignación. ¡Por fin, gracias al valor cívico de un difusor en redes sociales el tema volvió a la agenda del país! Es irónico que existiendo el dato de que 4.5 millones de infantes, de acuerdo con cifras del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la equidad de Género (Ceameg) han sido víctimas de abuso sexual y México ha ocupado el primer lugar a escala mundial en abuso sexual, violencia física y homicidios de niños y niñas menores de 14 años, según este centro de investigación, dato que avala La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el logro más palpable al respecto, sea que por decreto el día 19 de noviembre de cada año, se conmemora como Día Nacional contra el Abuso Sexual Infantil.

De entrada, comprender estas lastimosas situaciones nos afecta, porque es inimaginable el infierno de los niños y niñas que las sufren.

Pedofilia o pederastia, son actos inhumanos, comencemos por entender las clasificaciones lingüísticas que de estas acciones bárbaras se han hecho:

A los adultos que sienten atracción sexual, violan, explotan e incluso matan a niños y niñas se les califica indistintamente de pederastas o pedófilos.

Estos dos términos no son sinónimos.

La palabra pederastia es la apropiada para referirse al abuso sexual que se comete con niños y niñas, y no pedofilia o su variante paidofilia, que alude únicamente a la atracción erótica o sexual que una persona adulta siente por menores de edad, aunque no abuse, pero que igualmente es una conducta de riesgo para la niñez.

La voz pedofilia proviene del griego páis, un sustantivo que se aplicaba exclusivamente a los varones de entre 13 y 19 años, es decir, entre la nubilidad –inicio de la edad reproductiva– y la adolescencia, y de filia, que significa amistad o afecto espiritual, romantizaban lo que es una desviación. Aún hay voces que defienden esta aberración;

Minor-Attracted Person o Persona Atraída por Menores, en español, (MAP) es el nombre de un movimiento social conocido recientemente, conformado por personas que se tratan de diferenciar de los pederastas, tratando de mostrar una visión indefensa de su atracción por los niños.

Así pues, los pedófilos o paidófilos, como sugieren algunos helenistas, son aquellos que gustan anímicamente de jóvenes masculinos.

Para algunos lingüistas, las personas que sienten una atracción sexual hacia los niños y niñas podrían calificarse como paidionerastas, ya que en griego niño es paidion. Los paidionófilos serían los que anímicamente buscan a los niños y niñas.

Por el contrario, el vocablo pederasta hace referencia a los hombres que desean sensualmente a adolescentes masculinos, pues procede de eraõ (amar con pasión) y páides (plural de páis).

En general se usa pederastía para el abuso sexual infantil.

Estas complejidades lingüísticas de inicio sólo aluden a las desviaciones que han presentado muchas personas desde el origen de la humanidad y que por religión, abuso de poder y omisiones al marco legal, siguen sin ser castigadas.

El abuso a niños es delito grave sólo en 9 de 32 entidades.

Las 23 entidades en las que el abuso sexual a un menor de edad no es delito grave, permiten al abusador salir bajo fianza, con montos que van desde los tres días de salario mínimo hasta los 1,200 días. Entre ellas, la nuestra, Guerrero. Yucatán, Tlaxcala, Tabasco, Sinaloa, Quintana Roo, Querétaro, Morelos, Jalisco y el Distrito Federal tipifican este ilícito como grave y sin derecho a fianza, sobre todo cuando las víctimas son menores de edad. Según lo establecido por el Código de Procedimientos Penales para el estado en su artículo 70, ni la corrupción ni el abuso sexual contra menores de edad son delitos graves, por lo que quienes incurran en esas faltas podrán recuperar su libertad pagando fianza.

El Código de Procedimientos Penales establece como delitos graves el homicidio, el feminicidio, homicidio y lesiones culposas, secuestro, asalto contra un poblado, violación, robo, abigeato, extorsión, ataque a los medios de transporte, la rebelión, el terrorismo y el sabotaje. Arcaico ordenamiento. Por ello el canadiense Walter Suk, de 68 años, quien fue detenido por suponer un abuso a dos menores, pudo hacer en su momento, lo que hizo. Y del padre de esa pequeña, ni hablar. Merecía la cárcel.

Esta situación merma en el país, lo reitero; les debemos una respuesta a los más de 4.5 millones de niños y niñas que han sido sufrido abusos sexuales en la estadística, y quienes  permanecen en el anonimato. Pedofilia y pederastia, ambas acciones deben ser delito grave; un país que no protege a su niñez, no puede incluir en sus discursos ningún valor.

¿Por qué no se erige un sistema nacional para prevenir y erradicar el abuso a las niñas y niños? Con objetivos similares a los de la alerta de género, pero sin resistencias, para dar asistencia técnica especializada a las autoridades para implementar programas y proyectos que fortalezcan la niñez; para establecer un fondo federal específico por la creación de programas de protección integral que incluya la jurídica, con un grupo de trabajo bien coordinado por autoridades especialistas en este tema y en derechos humanos.

La actual legislatura de Guerrero tiene marcada la hora como urgente y se hace tarde para adecuar el marco legal en protección a la infancia e incluir también en la agenda el tema de los matrimonios infantiles, sobre todo en La Montaña, que en muchos casos son sólo violaciones.

La indiferencia, es el verdadero abuso contra la niñez en México.