Isidro Bautista Soriano

Este martes 9, en que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda habló otra vez de ética, transparencia y rendición de cuentas, debe voltear uno a ver a las organizaciones que solicitaron registro como nuevos partidos políticos de Guerrero, aunque ella se refirió a lo concerniente a su administración.

Se trata de no verlos con beneplácito por el hecho de que haya más opciones para votar, sino para cuidar sus manos.

El presidente López Obrador levanta una propuesta en materia de Reforma Electoral, y la pone a discusión de los legisladores en un proceso que desde un principio ha calado hondo, sin saberse a ciencia cierta si será rechazada, modificada o aprobada.

Hay un argumento válido: derroche de recursos en los diputados y senadores plurinominales por sus dietas sin haber sido elegidos como los de los distritos o de los estados del país, al igual que por el salario de personal del INE, principalmente sus consejeros, o en lo general de todo su presupuesto.

En realidad, el Congreso de la Unión y los congresos de los estados han representado, con sus raras excepciones, un gasto al pueblo no desquitado. De hecho, así ha sido en los tres poderes públicos que residen en las entidades federativas y en la capital del estado, más en los emanados del PRI y del PAN.

Pero bueno, quedémonos, de momento, en el aspecto político-electoral.

¿Cuántos partidos aparecen repentinamente y se esfuman al día siguiente, después de haber recibido millones de pesos en prerrogativas no comprobados del todo?

Desde los tiempos de José Francisco Ruiz Massieu se ha abierto una lista que no termina de nuevos partidos, llamados chiquillada, que nada más cambian de emblema en cada proceso electoral, unos para ser satélites de los “grandes” y otros para robar prerrogativas.

¿De qué ha servido que la autoridad detecte ciertas irregularidades financieras por solventar, y que incluso todavía las haga públicas?

¿Qué fundador, dirigente o representante legal ha ido a parar a la cárcel, cuando al paso del tiempo reaparecen con otro estilo de vida?

Es más, ha habido uno, dos o tres que vuelven a crear un nuevo partido pero con otro nombre no muy diferente, con cinismo pues. ¿Por qué? Porque no pasa nada.

Habría que construir en Guerrero una propuesta parecida a la de López Obrador en la que la escoba vaya al frente para limpiar tanta corrupción que ha habido en el sistema de partidos con la colocación de verdaderos candados.

¿Cómo puede explicarse uno el hecho de que, por ejemplo, para las próximas elecciones más de una docena de organizaciones hayan pedido legalmente su registro como si la gente lo estuviera pidiendo a gritos?

Ahí están algunas: Unidad y Transformación al Servicio de Guerrero; Guerrero Uniendo Esfuerzos por un México Desarrollado; Movimiento Laborista Guerrero; Venciendo la Pobreza en Zonas Bulnerables (así escrito: con B); Volver al Origen; Iniciativa Popular para Guerrero, y Ciudadanos por Constituirse en Encuentro Solidario Guerrero.

Está claro que la intención no es luchar por el poder político, sino por el poder económico, por robar.

Guerrero no merece más ser saqueado. Ninguno gana elecciones porque nadie les cree; pierden su registro de inmediato por lo consiguiente y desaparecen sin terminar de rendir cuentas, y nadie los persigue.

En eso, a nuestro juicio, López Obrador tiene razón: hay que amarrar manos, desde los órganos electorales administrativos que dizque constatan requisitos como el número de asistentes en las asambleas requerido por ley, órganos electorales jurisdiccionales por rebajar resoluciones y el Poder Legislativo por aprobar o rechazar las propuestas de reforma según el postor.

Y como lo señaló antier, en un taller de capacitación contra la corrupción, la gobernadora Salgado Pineda: no se vale robar ni poquito.

¿Quién quiere aventar la primera piedra?

isidro_bautista@hotmail.com