AMLO, gran ganador
Isidro Bautista Soriano
Era de esperarse que después de haber visto confirmado el resultado de las elecciones del domingo, partidos y/o actores políticos se reacomoden como las piezas de ajedrez rumbo al 2024, en un juego en el que el presidente López Obrador sigue siendo el rey.
Fue el gran ganador, y el PRI el peor perdedor. AMLO, el gran ganador porque nuevamente se convirtió en el fenómeno, o sea, el factor determinante por el que Morena llega como gobierno a 22 estados, y el PRI peor perdedor, porque se reduce a serlo en sólo tres, con Durango incluido, pues Aguascalientes es más del PAN. PRI y PRD se le pegaron como parche.
PRD resultó una vergüenza. Seguramente perderá su registro en dos o tres de las seis entidades donde hubo elecciones.
La pregunta que queda en el aire, y que quedará en el aire por más tiempo entre los espectadores es hecha en el sentido de que qué pasará con la elección presidencial.
¿Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard? Sin la mínima duda, si hoy fuera la elección, cualquiera de los dos ganaría. Morena puntea, claro está. Los demás partidos están huérfanos de aspirantes.
¿Tendrá AMLO la capacidad de evitar una posible fracturación en las filas de Morena, como cuando ha ocurrido con todo partido político al decidirse finalmente por alguien de entre dos o varios prospectos?
En Guerrero, el PRI ya vivió un caso de esa naturaleza, cuando se fracturó por negarle la candidatura de gobernador a Angel Aguirre Rivero para dársela a Manuel Añorve Baños. Uno de los dos tenía que ser el elegido. Desde luego, como se recordará, el PRI perdió.
En el caso de Morena, se deben acomodar las piezas como en el ajedrez de tal forma que todas sean movidas como una sola.
Dicen que todavía falta mucho, dos años, para el banderazo. Sin embargo, en Guerrero ya comienzan a poner su propio tablero para ver con qué candidato o candidata juegan como piezas de ajedrez, con reina o rey al frente, por Morena, desde luego.
Hay priístas decididos a abandonar el barco, y teñir de guinda su camiseta. Van dos días sin que nadie les dé señales de a dónde ir, sin que nadie los toque para quitarse lo engarrotados que quedaron por la vapuleada recibida. Han de querer hacerlos reaccionar hasta después de que regresen del luto de tres días.
En el PRI no les conviene deshacerse de Mario Moreno Arcos, ex candidato a gobernador, aunque quieran. Peor les iría, porque representa votos, les guste o no les guste, aunque él ya aseguró que a Morena no se iría. Es un buen capital político dentro y fuera del PRI.
Tiene que ocurrir ahí más o menos lo mismo como en Morena: acomodarse cada actor político en su lugar, en el que todos tengan jugada como el ajedrez para contender por los cargos próximos, los de senador, diputado federal, diputado local y de ayuntamientos en 2023… contender, porque ganar quién sabe.
La gente ya no quiere saber del PRI ni del PRD ni en México ni en Guerrero. Se vio en las urnas del domingo. Están asociados a corrupción, bien ganada. Urge sacudirse a Alito y a Los Chuchos, antes de que les pongan la caja de entierro enfrente.
El PRI necesita de Mario al menos para conservar registro, porque queda comprobado una vez más que los partidos por sí solos no ganan. El mismo Morena tuvo que hacer alianzas.
La gobernadora Evelyn Salgado Pineda, en tanto, conserva la simpatía mayoritaria que la llevó al triunfo, por cierto hace un año.
Ya hay quienes afirman que podrían darle la batalla, aunque casi moribundos, PRI, PAN y PRD pero si Movimiento Ciudadano finalmente se les une con un buen candidato, como lo fue en su tiempo, Aguirre Rivero, al rajar a su entonces partido en dos pedazos, o bien una nueva cara, que llegara a aparecer en el espectro nacional en el entendido de que la política es como rueda de la fortuna.
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