La trata de personas, el delito que nadie quiere ver
Mayra Martínez Pineda
Una persona en situación de calle puede ser víctima de trata mucho más fácil, este delito está tipificado, se persigue de oficio, sin embargo, se oculta tras la indiferencia de sociedades que no denunciamos o levantamos la voz. Las niñas, los niños y las mujeres son más vulnerables. Se castiga hasta con 30 años de prisión; existe una ley general y en nuestra entidad la reglamentaria 417, pero es necesario hacer mucho más.
La delincuencia organizada ya está en este negocio desde hace años, la prostitución es trata, incluso se inventó un mote para los tratantes: “el padrote”.
Pero esto no para ahí, hay más, e incluso se han hecho ver como empresas, hay trabajadoras del hogar, jornaleros, empleados en la construcción, en maquilas y fábricas, en seguridad, migrantes, narcotráfico, entre otros; se utiliza su trabajo para enriquecer a terceros, se pactan cuotas por servicios o inhumanas acciones; las niñas y mujeres en regiones como La Montaña, en nuestra entidad, son utilizadas en matrimonios arreglados por usos y costumbres donde media dinero. Muchos de estos delitos que son a todas luces trata, ni siquiera están tipificados y los hacen ver como generadores de empleo y no lo son, porque hay un tercero que lucra.
La explotación sexual es el rostro más común de la trata de personas, son las niñas, niños, mujeres y personas LGBT, las víctimas comunes; el turismo sexual lastima a una sociedad que se precie de ser civilizada, así como el tráfico de órganos, todo ello implica trata de personas.
En otros países se erradica de a poco la prostitución cuando el/la consumista es quien padece altas penalidades por ley y se evita así el gran negocio con seres humanos.
La trata de persona es una barbarie. Es doloroso saber que existe y debe haber acciones de gobierno y la voluntad ciudadana para hacer frente a ello; es de suma importancia para prevenirla, sancionarla, pero sobre todo erradicarla.
La ONU ha emitido recomendaciones para México sobre la trata de personas:
Aumentar el financiamiento oficial destinado a los servicios especializados de asistencia para las víctimas y a los refugios; intensificar la labor de investigación y enjuiciamiento de quienes cometen delitos relacionados con la trata, y condenar y sancionar a los tratantes, en especial por delitos de trabajo forzado; redoblar los esfuerzos para enjuiciar y condenar a los funcionarios públicos cómplices de la trata a fin de responsabilizarlos; elaborar procedimientos estandarizados para que todos los funcionarios identifiquen y refieran a las víctimas a servicios de protección y asistencia, y capacitarlos en los procedimientos; enmendar las leyes contra la trata de personas en los ámbitos federal y estatal de modo que reflejen lo dispuesto en el derecho internacional relativo a la materia; aumentar la capacidad de las unidades especializadas y las coaliciones, tanto regionales como estatales, para que respondan más eficazmente a los casos de trata valiéndose de mayor financiamiento y capacitación del personal; brindar más capacitación y ejercer mayor control a fin de verificar que no se coaccione a las víctimas para que declaren contra los tratantes y que no se las trate como tales; seguir mejorando las gestiones de recopilación de datos; brindar protección eficaz a testigos y víctimas que declaran contra tratantes; y seguir perfeccionando los mecanismos de coordinación entre las autoridades federales, estatales y locales.
Lo más importante es ver a las víctimas de trata y cambiar la idea de que si son utilizadas es porque lo permiten. El 30 de Julio es el Día Mundial Contra la Trata. Vale mucho la pena no sólo asistir a eventos o charlas, sino denunciar si es que conoces a víctimas de trata.