Clemente Martínez Rendón

“No puedes priorizar el pago de la deuda por encima del bienestar de la gente, eso es inconstitucional”
Rafael Correa Delgado

Cuando Rafael Correa Delgado asumió el cargo de presidente en su natal Ecuador, la Constitución contemplaba que lo prioritario era pagar los intereses de la deuda por encima del bienestar y buen vivir de la gente; de manera contumaz, dijo que eso era corrupción, tomó una decisión que cambió el rumbo de su nación y cimbró a  todos los organismos capitalistas, principalmente al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, es decir, ordenó una auditoría interna a la deuda externa de su país.

Del resultado de dicha auditoría, el país sudamericano se quitó el 70% de la deuda externa, descubrió corruptelas y complicidades de sus “representantes”, diputados, senadores, ministros de economía, banqueros, empresarios y hasta los presidentes estaban involucrados, habían actuado en contra los intereses de esa nación. Es importante señalar que todos los organismos internacionales se le fueron encima al presidente Correa –como las “calificadoras” internacionales a López Obrador–, que finalmente salió victorioso por la decisión que había tomado para sacudirse dicha corrupción.

Si nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador tomara la decisión de auditar la deuda externa, no me quiero imaginar cuánta corrupción encontraría, los mexicanos nos pondríamos a llorar de tanta impotencia al sabernos timados por nuestros supuestos “representantes del pueblo”, los diputados, senadores y los secretarios de Hacienda pública, tal como le pasó a Ecuador, en su momento.

La deuda externa en México comenzó a crecer de manera desproporcionada en las épocas neoliberales, con Vicente Fox, en el año 2000 la recibió con 1.33 billones de pesos y terminó en 2006, con 1.99; misma que recibió Felipe Calderón y terminó en 2012 con 5.35; Enrique Peña Nieto, la recibe y en 2018, termina con 10.83, comenzando el mandato del presidente en turno y actualmente a julio de 2022, dicho saldo es de 14.15; debo de admitir que AMLO, en dichas ocasiones, ha dicho que no está endeudando al país, pero cifras oficiales de la Secretaría de Hacienda dicen lo contrario. Pero existe una diferencia abismal, entre la época neoliberal y la Cuarta Transformación: los prianistas se dedicaron a saquear a nuestro país y no llevaron a cabo obras de infraestructura para el desarrollo de nuestra nación, como hoy en día las está llevando Andrés Manuel López Obrador, el aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería en Tabasco Dos Bocas; el Tren Transístmico y el Tren Maya.

Conclusiones:

PRIMERA. Es importante señalar que en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón recibieron excedentes petroleros por 420 mil millones de dólares, así con total opacidad, miles de millones de pesos en ganancias del petróleo simplemente desaparecieron, hoy en día da risa escuchar al presidente del PAN, Markos Cortés, diciéndole a López Obrador en qué invertirlos.

SEGUNDA. Confirmo lo que dije, que existe una diferencia abismal sobre el uso de la deuda externa, en las épocas prianistas, fueron saqueos y corrupción, la Cuarta Transformación es todo lo contrario, obras de gran calado, desarrollo y bienestar a favor de los mexicanos, esto sin contar que AMLO está terminando obras inconclusas (hospitales por ejemplo) y prometidas desde Vicente Fox, Felipe Calderón alias Borolas, y Enrique Peña Nieto. 

TERCERA. Finalmente, termino el tercer capítulo, se nos atravesó el tema de Edy Smol, el gurú de la moda (mi camarada), no quise que pasara inadvertido, pido una disculpa a mis queridos lectores por dejarlos en ascuas esperando el cierre de este tema muy extenso, les mando un saludo afectuoso a mis dos millones de seguidores –el hombrón– en las redes sociales, agradeciendo a esta casa editorial, la publicación de mis artículos, un abrazo fraternal.

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