Por sus frutos los conoceréis
Isidro Bautista Soriano
Los gobernantes, todos, deben rodearse de colaboradores a quienes conozcan por sus frutos, como se aconseja en una cita bíblica, si realmente quieren ejercer el cargo con la mayor integridad posible.
El hoy ex presidente Calderón pudo, y podría, ser embarrado por Genaro García –difícil ya a estas alturas– e igual el ex gobernador Ángel Aguirre por Leonardo Vázquez Pérez, detenido bajo el cargo de delincuencia organizada, después de haber sido su secretario de Seguridad, como en el otro caso.
A veces, los gobernantes toman decisiones a la ligera, porque el puesto los marea, o creen ciegamente en sus circunstancias políticas, el primero por ser en su momento, el político más encumbrado del país, y el segundo, lo mismo sólo que en una entidad federativa, y éste además por confiar en su relación personal y política con el ahora ex presidente Peña Nieto.
Elba Esther Gordillo, otrora cabeza de la organización laboral más grande de México, cayó en prisión, y Rosario Robles, también por su desempeño como secretaria de Estado.
Ahí está en prisión el ex procurador Murillo. Culpable o inocente, pero está, fue llevado tras las rejas, por lo que hizo y/o hicieron sus colaboradores.
Vázquez Pérez era subsecretario de Seguridad de Guerrero cuando llegó al cargo Aguirre Rivero, y así, en un abrir y cerrar de ojos, por equis o zeta, lo subió a titular. Pudo haber escaneado su vida de arriba abajo, o revisarlo con la más grande lupa, porque, según ha trascendido, ya traía el expediente negro.
El historial del ex jefe policíaco podría hacer pensar que es capaz de todo, más si trata de salvar su pellejo. De un hombre que no tiene frutos, o buenos frutos, todo se puede esperar, lo que significa que no deseamos lo peor a nadie, menos a una buena persona como el ex gobernador, buena persona, tan buena que le abrió las puertas de su gobierno, a lo mejor por una recomendación de alguien en quien, malamente, confió.
Y se ve en el expediente ministerial del caso Ayotzinapa: los mismos miembros del crimen organizado que habrían cometido la masacre y desaparición de los normalistas son hoy acusadores como testigos protegidos; son los que ponen el dedo en los que quieren ver en prisión, porque se trata de hombres que no dan frutos o buenos frutos.
Todo se puede esperar de gentes así. Entre ellos mismos se echan tierra sin pensarlo dos veces.
Cuántos problemas se evita uno si se sabe escoger a quienes compondrán su equipo, como en el futbol: si falla uno, uno nada más, pierden todos.
La competencia política se hace cada vez más competitiva, y ganará aquel o aquella que esté preparado como el mejor atleta, sano de arriba a abajo.
Recurren a todo tipo de armas mediáticas y chalecos antibalas. Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, ayer acaparó las cámaras por poner al descubierto en posibles actos de corrupción al fiscal en funciones de Morelos, cuyo gobernador por poco ha estado a punto de ir a juicio penal debido a casos similares.
En Guerrero, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda es percibida positivamente, y en concreto, en materia de seguridad, sí con brotes de violencia, pero son los mismos que han ocurrido desde varios lustros, al igual que en el resto del país.
Hasta ahora sus principales colaboradores en los ámbitos de seguridad y ministeriales, Evelio Méndez Gómez y Sandra Luz Valdovinos Salmerón, respectivamente, son percibidos con semejantes niveles de aprobación.
Y así, el escaneo debe hacerse permanentemente de arriba a abajo y viceversa, no tanto por cuidar su imagen, sino por cumplir la ley, para evitar echársela después encima.