Recuerdan a la pintora surrealista Sofía Bassi en conferencia de La Nao
Su encarcelamiento en Acapulco, fue su periodo más creativo, indican
Héctor Briseño
“Más vale encender una llama que maldecir las tinieblas”, es una de las frases con que familiares de la pintora veracruzana Sofía Bassi (QPD), más la recuerdan.
La mañana del lunes se efectuó la conferencia Sofía Bassi, Portales a otros mundos, en el contexto del festival cultural internacional La Nao Acapulco 2022.
En el encuentro, celebrado en el auditorio Juan Álvarez del ayuntamiento viejo, familiares de Sofía Bassi, pintora surrealista mexicana, recordaron con frases, vivencias y fotografías, su periodo de reclusión en la cárcel de Acapulco, entre 1968 y 1972, acusada del asesinato de su yerno, el conde Cesare D’Acquarone, cuando desarrolló la parte más importante de su obra.
Milly Diericx Trouyet, nieta de la artista, resaltó la resiliencia de Sofía Bassi, su amor por la vida y por los seres vivos.
“No se puede matar a un insecto sin perturbar a una estrella, es una de las frases que más recuerdo”, expresó Milly Diericx Trouyet, quien resaltó que “ella (Sofía Bassi) era muy respetuosa de todos los seres vivos. Fue una situación muy complicada. Ella tuvo muchas oportunidades de salir de la cárcel, estaba recluida en una enfermería, tenía la llave de su celda, pero se quedó en la cárcel el tiempo que le dieron pues quería limpiar su nombre, salir con la frente en alto”.
Agregó que “ella creía en la vida, fue una gran mujer y una gran artista”.
Milly Diericx Trouyet relató que “la enfermería se volvió su celda, por eso podía pintar en la cárcel. Muchas de sus obras más reconocidas fueron desarrolladas en la cárcel, a donde llegaban cartas de personas que pedían su libertad, de artistas, presidentes, pintores”.
Recordó que en prisión Sofía Bassi se vistió de blanco, por lo que la llamaban La dama blanca, pues en la cárcel jamás se pronunció su nombre.
Otro aspecto de su obra fue el sentimiento que la unía a su hija, Claire, a quien la artista describía como un arcángel, de belleza increíble, y quien aparece a lo largo de su obra, pues todos sus personajes femeninos tienen el rostro de Claire.
Por supuesto, se habló también del mural pintado en la cárcel, de ocho metros cuadrados, para el cual recibió la ayuda de otros reconocidos artistas, mismo que permanece en el auditorio donde el lunes se realizó la conferencia, hasta donde fue trasladado al ser destruida la vieja cárcel de Acapulco.
De tal manera que Alberto Gironella plasmó la obra Maledicencia, José Luis Cuevas pintó La justicia, y Sofía Bassi La calumnia. Posteriormente se sumaron Rafael Coronel, quien pintó La jaula, y Francisco Corzas realizó Un pintor protegiendo a su modelo.
También fue rememorado el mural que permanece en la Preparatoria 7 de Acapulco, llamado Primero mi patria, luego mi vida, cuyo personaje principal es Vicente Guerrero, el cual fue encargado a la artista por estudiantes y maestros, pero debido a su reclusión no pudo acudir a plasmarla, pero encargó a artesanos que lo reprodujeran en mosaicos italianos.
También se recordó cuando la artista pintó su autorretrato, el cual Sofía Bassi describió como una experiencia extrasensorial, por lo que plasmó un rostro azul y una flama en el corazón, la cual refleja su sentir y pensamiento.
“Ella decía mucho que más vale encender una llama que maldecir las tinieblas, jamás la escuché hablar mal de nadie y quejarse de nada”, mencionó Milly Diericx Trouyet, quien enfatizó que nunca existieron pruebas en su contra por el crimen que llevó a prisión a Sofía Bassi.