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Articulos El Guerrero 14 diciembre, 2022 (Comentarios desactivados) (189)

Evelyn, mensaje de aliento

Isidro Bautista Soriano

Ojalá se analizara la posibilidad de poner fin en los poderes públicos, concretamente de Guerrero, a las fiestas que pudieran representar hoy verdadero insulto a la economía de infinidad de familias, no sólo de las decembrinas, sino de todo el año para ser más congruentes con la austeridad.

En el pasado era un derroche de recursos a todas luces. En el gobierno del estado, por ejemplo, las secretarías de despacho y direcciones generales de área tiraban la casa por la ventana con todo descaro, y lo mismo ocurría con la encabezada por el gobernador en turno.

Así era en el Día del Maestro, Día de la Madre, Día de la Libertad de Prensa, etcétera, etcétera. Y aparte, las trasnochadas de los poderes Legislativo y Judicial, y de los ayuntamientos, de plano hasta el amanecer en esta temporada.

Los empleados asistían más por la rifa de regalos, en la que se incluían vehículos o terrenos, que por la convivencia o por escuchar el discurso.

Quizá pudiera decirse: bueno, es que era otra época, en la que no existía el desgaste de la economía como lo hay por la pandemia o el cierre de negocios por el acoso de la delincuencia organizada o por el alza de precios, que siempre ha existido y que será imparable, con la diferencia de que en algunos sexenios más disparada que en otros.

La gasolina sube y sube. Hay muchos que no lo sienten o no lo quieren sentir porque aumenta por cosa de centavos, como los abonos chiquitos de Coppel o Elektra, con los que encadenan a miles de familias a un pago que en el fondo pasa de mil hasta 5 mil pesos en dos o tres años de plazo.

Al cabo del plazo, la gente dice: mira ni me di cuenta cómo pagué, pero ve la larga tira de tickets en su ropero, las tira, y se endroga otra vez por nuevo celular.

Tampoco repara tanto en el jitomate, aguacate, pollo, leche, tortilla, y menos por la cerveza, pues se dice a sí misma: ahí después veo cómo le hago.

No todos actúan de la misma manera, como aquellos que también empeñan lo que tienen a la mano para vacacionar, ya que son más conscientes en medir el contenido del bolsillo, y de que la quincena ya no alcanza como antes.

En la ciudad de Chilpancingo con toda facilidad se cuentan las casas con luces encendidas, o con árboles de Navidad en la azotea o en su interior. Revisan su recibo de luz, y consultan el precio de los adornos de la temporada, y los hallan por las nubes más altas.

¿Cuántas familias aparte están en un calvario por no saber el paradero de sus seres queridos o por vivir todos los días con la esperanza de que su hijo regrese a casa con vida por haberse enrolado en el crimen organizado a falta de empleo, de tal modo que no tiene ni el menor ánimo de ir a fiestas o mirarlas de lejos o virtualmente, y más sin dinero?

¿Qué puede pasar si hoy en la oficina no hay posada, o hacerla con la austeridad republicana, quizá no en todas las secretarías de despacho o direcciones generales?

Hace un año la gobernadora Evelyn Salgado Pineda dispuso no hacer ese tipo de fiestas, justamente por la austeridad republicana. Hasta el momento no lo ha reiterado, pero seguramente será la misma decisión.

En cambio, sería acertada la idea de que apareciera con un mensaje de aliento al menos en las redes sociales, bien construido, con las palabras que realmente calen, así como las que empleó para convencer a miles y miles de que le dieran el voto para llevarla al cargo que hoy ocupa de gobernadora, o como las dichas por López Obrador de que primero los pobres.

Las palabras vienen a ser, cuando se dicen con el corazón, mejores que cualquier presente material.