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Articulos El Guerrero 28 diciembre, 2022 (Comentarios desactivados) (171)

Alito como tentador

Isidro Bautista Soriano

El PRI está en momentos en donde lo peor que le puede pasar es dividirse, y la 4T o Morena carcajeándose, mirándolo cómo solito cava su propia tumba.

Es indudable que Alejandro Alito Moreno Cárdenas, su dirigente nacional, ve sus intereses, como ha ocurrido en ese partido, en el que se ha respondido, sobre todo, al grupo del presidente del país que ha ocupado el cargo emanado de sus filas, sólo que ahora que ya no lo hay, tiene creadas casi por completo las condiciones para sacarles provecho a su antojo.

Pareciera que pretende entregar al PRI, a lo poco del capital político que a éste le queda, a cambio de su impunidad.

Como es sabido, Moreno Cárdenas estuvo a punto de ser puesto tras las rejas.

Se vendió a todas luces como cabeza del PRI y legislador, y detuvo la probable acción penal en su contra con la propuesta de reforma electoral, que vio como prenda de cambio.

Es un tipo como las mismas grabaciones telefónicas lo evidencian: sin escrúpulos.

Quiere imponerse en el cargo viéndolo como su salvación primero, y después, repartir candidaturas a sus compinches, a remate.

Guerrero fue el primer estado al que dividió. Parece haberlo partido en dos: a los que le respondieron con indignación y de los que permanecieron en silencio ante sus pretensiones.

Ciertamente, todos los dirigentes del PRI, en sus diferentes niveles, han sido imposición de los grupos políticos que en su momento lo han controlado, como también ha ocurrido en los de enfrente, sólo que ahora lo hizo de la peor manera y en el peor momento político de su partido.

Sí se había divido el PRI en épocas pasadas. Aún se recuerdan los tiempos en que salieron como candidatos Cervantes Delgado, José Francisco Ruiz Massieu, Rubén Figueroa Alcocer, etcétera, etcétera, a gobernador, pero no como ahora, con Alito.

¿Quién pudiera mediar? Antes el presidente del país los sentaba. Raros fueron aquellos que por indignación se salieron de las filas, como Cuauhtémoc Cárdenas.

Antes se consultaba a las cabezas de grupo, de tal forma que la dirigencia era integrada representativamente. Así lo hizo el PRD con sus tribus o corrientes internas.

Ningún partido debe ir para atrás, y menos el PRI, del que se dice que le quedan sólo las migajas.

Lo mejor que tiene en Guerrero, con virtudes y defectos como todo ser humano o políticos, son el ex gobernador Héctor Astudillo Flores y el ex candidato que contendió para sucederlo en el cargo, Mario Moreno Arcos. Parezca o no parezca, así lo es. Cualquiera de los dos seguramente ganaría en urnas.

Son un estorbo para Alito y cómplices, pues éstos quieren todo el pastel, y para comenzar, la senaduría de minoría, porque de mayoría ni postulando a veinte en uno ante un Morena permanente en la preferencia.

A Astudillo ya se le fueron encima con “perversión e injurias, falsedades y descalificaciones hacia mi persona y mi familia”, según deduce, “algunas personas cercanas” al dirigente nacional, pues “no les gustó mi oposición”. Hubo pues un léxico al estilo Alito.

Han de querer hacerlo a un lado para imponerse a sus anchas, por ser la cara más visible dentro del PRI.

Ya se verá con el fallo que emita el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal por el juicio que el ex gobernador interpuso por cuanto a la forma, dizque estatutaria, en que Moreno Cárdenas pretende prolongar el tiempo de su encargo en el partido.

Ya se verá quién es quién en las mentiras, o hasta dónde puede llegar la perversidad, como la tuvo cuando fue capaz de sentenciar que a los periodistas “no hay que matarlos a balazos, papá, sino hay que matarlos de hambre”.