Los claveles rotos
Sergio Lugo
Durante la visita de Biden y Trudeau a la Ciudad de México, el Zócalo y Palacio Nacional fueron un búnker, por militares principalmente, gringos y mexicanos. La diferencia de soldados de ambos países fue muy evidente.
Como lo escribí en mí artículo anterior, fui al hotel “Presidente” donde se hospedó el mandatario estadounidense y su esposa.
Esa zona de Polanco estuvo cercada por vallas, al inicio había militares mexicanos. Finalmente, estaban los del Servicio Secreto, vestidos de traje, con uno de ellos hablé.
Biden invitó a AMLO a subirse en su coche blindado, llamado “La Bestia”, desde el aeropuerto hasta dicho hotel. ¿De qué tema habrán hablado? Quizá la detención del hijo del Chapo, o sobre las elecciones presidenciales de ambos países. Posiblemente, Biden le pidió su respaldo para su reelección.
Yo me encontraba afuera de Palacio Nacional, enfrente de la puerta ocho, aunque había vallas. Primero, eran jovencitos militares mexicanos, tal vez no rebasaban los 20 años, y por sus rasgos faciales, parecían de origen indígena. Cerca de ellos había castrenses, pero ya con trajes; finalmente, se encontraban soldados, con vehículos armados.
Del lado “gringo”, en primer lugar, me encontré con jóvenes soldados, quizá no rebasaban los 25 años, (la diferencia entre sus pares mexicanos, era su complexión robusta y la calidad de su ropa), vestidos como adolescentes, que, por cierto, disfrutaron de unos tacos de carnitas y al pastor, de una tienda de enfrente. Después, había guardias, visiblemente armados; finalmente, los del Servicio Secreto.
AMLO es vulnerable para un atentado. ¿Hasta qué punto los militares mexicanos están con el presidente López Obrador? ¿Ellos serían capaces de hacer un golpe de Estado? O sí hubiera un intento por la derecha ¿De qué lado estarían los militares? Recomiendo la película Capitanes de abril, de María de Medeiros, basada en los hechos reales en Portugal, 1974, cuando frente a la dictadura, el pueblo, junto con militares de izquierda, se levantaron pacíficamente contra la tiranía y ganaron, se le conoce como “la Revolución de los Claveles”.
Se dice que Estados Unidos es el único país donde no hay golpes de Estado, porque no hay embajada gringa. Beatriz Gutiérrez Müller y su esposo AMLO en Palacio Nacional, le mostraron a Biden, fotografías de Francisco I. Madero. Él padeció golpe militar por el porfirista Victoriano Huerta, con ayuda de la embajada gringa.
Beatriz Gutiérrez realizó el “Fandango por la lectura” dentro de Palacio Nacional, junto con la esposa de Biden, la doctora Jill, con jóvenes estudiantes mexicanos, hasta se cantó música de The Beatles. Jill muy contenta.
El 13 de enero fue cumpleaños de Beatriz. Recomiendo su libro Solón Argüello, que es una antología poética del nicaragüense, quien fuera secretario privado de Francisco I. Madero, incluso trató de vengar la muerte del Presidente, pero lo asesinaron, un destacamento federal. Por cierto, el ejército maderista y luego carrancista, fue sanguinario contra los zapatistas.
Para conocer la policía del régimen porfirista y su cárcel de San Juan de Ulúa, recomiendo el libro de Emilio Carballido, Tiempo de ladrones, que es la historia de Chucho el Roto. (FCE, México, 2021), basada en la vida real del “ladrón” que les daba el dinero a los pobres y se enfrentó a la autoridad.
“La explotación es una cadena…En el campo…, hay los hacendados…Y a estos los sirven unos pequeños comerciantitos…y unos usureros…Esto tiene su nombre: lucha de clases… Y ellos se llaman burguesía. Y tú y yo somos proletarios. ¿Y qué nos roban? Esa energía que mueve el mundo. Se llama fuerza de trabajo… ¡Hay que cambiar todo!”: Chucho el Roto.