Nombramiento de Evelyn Salgado, por gobernabilidad
Isidro Bautista Soriano
El domingo pasado la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, asistió a la LXIII reunión ordinaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), realizada en Querétaro, y la cual encabezó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hasta donde se tiene conocimiento, es la segunda reunión en la que ella participa.
El anterior encuentro, que también presidió AMLO, fue llevado a cabo en Tabasco un mes después de que asumió el cargo.
Esta vez fue elegida como vicecoordinadora de dicha Conferencia, al lado del gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, quien a su vez fue nombrado como presidente.
Salgado Pineda, además, quedó como integrante de las comisiones de Asuntos Indígenas, Mezcal y Turismo.
La Conago, como se recordará, es un foro permanente mediante el cual se busca fortalecer el federalismo con el establecimiento de mecanismos democráticos, de respeto pleno a las instituciones de México. Es un espacio incluyente, abierto a todas las entidades del país, sin distinción de partidos políticos.
Propone el diseño de programas incluyentes que satisfagan las demandas de seguridad, justicia, bienestar social, democracia y transparencia, y busca promover la consolidación de una nueva relación de respeto y colaboración entre los órdenes de gobierno.
Su nombramiento, seguramente, representa un reconocimiento implícito a su trabajo de gobierno, que ha desempeñado por casi un año con cuatro meses.
Es un reconocimiento seguramente a la tenacidad con que ha tejido su relación con el gobierno federal y al de los estados con los que ya ha entrado en contacto en forma institucional.
En estos primeros 16 meses de su sexenio, ha mantenido la gobernabilidad como el logro más significativo, por tratarse de uno de los estados más convulsionados del país, debido principalmente a su histórica pobreza.
Ha habido hechos violentos, como los suscitados en la región de Tierra Caliente, que han atraído la atención nacional, ante el número de muertos, pero de inmediato ha entrado en acción para tomar control como gobierno.
El mismo López Obrador ha reconocido públicamente su entrega para atender los problemas de toda índole.
Ayer, un día después de su reunión en Querétaro, encabezó la sesión diaria de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, en la que, según informó, “revisamos las acciones implementadas para brindar seguridad a las y los guerrerenses”.
Señaló que “después del primer puente vacacional del año, evaluamos los operativos desplegados en los principales destinos turísticos de la entidad, que registraron una importante afluencia de visitantes, sin reportar incidencias mayores”. Ahí está: sin incidencias mayores.
Eso fue posible, explicó, “con estrecha colaboración entre las fuerzas del orden federal y estatal”.
Como se sabe, para este primer fin de semana largo del año, la Secretaría de Seguridad Pública de su gobierno puso en marcha el operativo de refuerzo a las acciones de vigilancia en puntos turísticos, carreteras y la Autopista del Sol, en el que fueron desplegados más de 500 elementos, 99 patrullas, 34 motopatrullas y un helicóptero.
De esa manera, Guerrero fue visitado en dicho lapso por más de cien mil turistas, con una ocupación hotelera promedio de casi el 75 por ciento y una derrama económica de cerca de 700 millones de pesos.
Y como se vio: todo con saldo blanco, sin seguramente hacer a un lado o minimizar las causas que han detonado los hechos violentos de los criminales y los movimientos de protestas de los diferentes grupos sociales.