Don Abelardo recorre todoslos días las calles de Tecpan para vender sus pabellones
Desde hace 50 años se dedica a ese oficio, rememora
Rodolfo Valadez
Como desde hace 50 años, Abelardo Andrade Hernández recorre las calles de la cabecera municipal para vender sus pabellones de sabores, un producto que aseguró, lamentablemente cada vez la gente compra menos porque prefiere las paletas o helados que se hacen en las paleterías con técnicas modernas, las cuales contrastan con la manera artesanal con la que elabora sus raspados.
El adulto de más de 70 años de edad, como lo marca su rutina, inicia su actividad de madrugada con la preparación de las mieles de sabores: tamarindo, grosella, limón, fresa y vainilla, forman el repertorio. Una vez que concluye se dirige a la hielera a comprar media barra de hielo, en vez de una barra completa como era años atrás.
En los más de 50 años que lleva como pabellonero, afirma que ha visto los cambios y el crecimiento de la ciudad, así como de su población. Afirmó que algo que le impactó mucho fue ver a la gente con el rostro tapado por el cubrebocas y encerrada en sus casas desde temprano debido a la pandemia por el Covid-19. “Fueron días difíciles y extraños, en los que sin embargo tenía que salir a vender mis pabellones convencido de que si no lo hacía, no habría dinero para que coma la familia. Yo tenía que salir a vender hubiera o no enfermedad”, puntualizó.
Consultado mientras preparaba un pabellón de fresa, el originario de la comunidad de Pantla, con tristeza manifestó que la gente poco a poco ha dejado de comprar sus productos. Él culpa de ello a que en la cabecera municipal se multiplicaron las paleterías y la gente prefiere esos productos a sus raspados, porque se elaboran con máquinas modernas.
Don Abelardo, como le dice la gente, contó que la venta de pabellones por las calles de Tecpan le permitió sacar adelante a su familia y darle estudios profesionales a sus hijos y mantener a su familia; afirma que es una persona que vive al día, “a mí el gobierno no me va a mantener. Si uno no trabaja, no come”, apuntó.
Al hablar de sus inicios, narró que cuando llegó a Tecpan primero se dedicó a vender paletas de hielo, pero ese negocio le dejó pocas ganancias, y por eso optó por vender pabellones, los cuales emprendió con la ayuda de su esposa. Hoy, 50 años después Don Abelardo es considerado todo un personaje en la historia de Tecpan.