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Articulos El Guerrero 19 julio, 2023 (Comentarios desactivados) (167)

Norma Otilia, bajo arraigo

Isidro Bautista Soriano

El caso de Norma Otilia Hernández Martínez, alcaldesa de Chilpancingo, puede tener al menos dos lecturas.

Una. Por ley, es inocente mientras no se le compruebe lo contrario, como cualquier persona. Tiene y tendrá, por lo tanto, el disfrute de todos sus derechos, como el de que ocupar el cargo hasta el último minuto de su gestión.

En el video que ha circulado en las redes sociales hasta el cansancio, y por el que se ha convertido en la presidenta municipal más famosa de México, no hay un dicho o un hecho por el que se haya echado, digamos, la soga al cuello.

No se le ve recibir dinero o hacer una confesión de estar metida, de alguna manera, en la comisión de algún probable delito.

Rodrigo Vallejo Mora, hijo de Fausto Vallejo Figueroa, hoy ex gobernador de Michoacán, en marzo de este año recibió sentencia absolutoria en relación con tres videos en los que aparece con Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, entonces líder de Los Caballeros Templarios y fundador de La Familia Michoacana, cuando su padre era mandatario.

A diferencia de ese caso, ocurrido en 2014, donde existió toda la evidencia de que Rodrigo y La Tuta eran las personas grabadas, en el de Norma Otilia con precisión no se alcanza a ver plenamente la cara de su interlocutor, aunque la Fiscalía General de Guerrero procede, según esta misma ha informado, a investigar.

Dos. Se le puede separar del puesto de elección popular por razones políticas, como sucedió en aquel estado (Michoacán), por esa misma situación. Fausto Vallejo, días después dejó de ser gobernador, sin lugar a dudas, por decisión del entonces presidente Peña Nieto, y el hijo, Rodrigo Vallejo, ahora de casi 40 años de edad, fue sujeto a proceso penal, en el que finalmente se vinieron abajo todas las acusaciones imputadas por la otrora PGR.

Por lo que toca a Norma Otilia, el caso ha sido tomado por la Fiscalía estatal. Curiosamente, la alcaldesa se ha pronunciado públicamente, desde un principio, por que sea investigado por la Fiscalía federal, sin hacer mayor comentario.

El presidente López Obrador llegó a hablar de que lo del video se investigue, pero no de que abandone ella el palacio municipal.

A Morena no le conviene quitarla.

La senadora Xóchitl Gálvez le ha significado una piedra en el zapato rumbo a la elección presidencial, y con el hecho de separar a Norma Otilia se le complicarían las cosas políticamente en Guerrero, por ser la capital del estado, con lo que sería como cederle el triunfo en charola de plata a la oposición, pues de forma implícita se estaría reconociendo el presunto nexo con la delincuencia, que es el principal dolor de cabeza de México.

En Michoacán, por quitar a Fausto Vallejo de la gubernatura, el PRI no la conservó en la siguiente elección, aunque la sociedad habría visto en ese entonces a Peña Nieto como un presidente no solapador, y que, sin embargo, tampoco le valió para hacer ganar a su partido en 2018, en que AMLO triunfó.

Lo mismo pasó con el entonces perredista Ángel Aguirre Rivero, por la masacre de los normalistas ocurrida en Iguala.

Peña Nieto separó del cargo a otro gobernador por razones políticas, ya que hasta el momento nada se le ha podido comprobar penalmente.

Sólo que aquí tuvo su costo: el PRD perdió la gubernatura ante Héctor Astudillo, dicen los analistas, por el asunto Ayotzinapa; claro con mayor dimensión que el video de Norma Otilia.

Sólo habría que recetarle a la presidenta municipal de Chilpancingo, en todo caso, una gota de prudencia o humildad a cada hora, para que hable menos, y se deje de tanto protagonismo, algo así como que esté bajo arraigo, así como supo controlarse para bajar de peso, no por el bien de ella, sino por el de Morena.