[breaking-news-wp]
Articulos El Guerrero 2 agosto, 2023 (Comentarios desactivados) (163)

Aprender a sortear violencia

Isidro Bautista Soriano

Según se ven las cosas, la violencia va para rato, y habrá que acostumbrarse no sólo a observarla sino a vivirla, en algún momento, en carne propia.

De hecho, desde el origen de la humanidad ha existido, a veces menos, a veces más, y no sólo en México, sino en todo el mundo, por lo que seguirá como el Sol que sale todos los días cada mañana.

Dice la historia bíblica: “Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra”, y les envió al diluvio para destruir la maldad existente en el mundo.

Hoy en día hay de dos sopas: ser parte de la delincuencia o no serlo, y si se opta por no serlo, entonces deberá uno aprender a sortearla, a darle vuelta, a prevenirla, para no ser tocado.

Decimos ser parte, porque a falta de empleo, unos y otros, reclutados forzosamente o por placer, deciden entrarle al jale.

Hay personas a las que les causa gozo delinquir o ganar el dinero fácilmente, aunque tengan oportunidades de obtenerlo con honradez.

Las redes sociales son buenas para algunos, y malas para otros.

Es como el alcohol: es bueno como medicina, y malo para el consumo humano, relativamente, porque el adicto se siente feliz bebiéndolo, en casi todos los casos.

Si bien es cierto que las redes sociales y el Internet en general, representan una herramienta para cultivarse, viene además a desintegrar la relación familiar.

En lugar de mantener la comunicación básica entre sí, cada quien está en su celular. En cualquier opción, todas las redes son iguales, la perversión alcanza al niño o al adolescente de manera especial. Enturbia sus pensamientos. Le causa ansiedad el morbo.

Tienen las redes sociales más influencia en la niñez, adolescencia o juventud que cualquier libro, y hasta en los padres, que llegan a incurrir en adulterio virtual. La esposa de repente impone candado en su dispositivo, al igual que el marido. En cama está cada quien en su conversación. Todos pues, o casi todos, esclavizados.

Resulta que ahora casi nadie suelta el celular por ser como su caja fuerte. Hay mucha perversidad, mucho grado de violencia, al alcance de los niños.

La situación económica, entre otros factores, incide en la separación física de la familia, al verlas como su puerta fácil, y el niño o adolescente se abren paso en la vida más a su manera que a como les inculquen sus padres.

¿Cuántos padres preguntaron o se cercioraron con qué calificación terminaron sus hijos el ciclo escolar? ¿cuántos fueron a preguntar a sus maestros por ellos? ¿cuántos conocen con quién o quiénes conviven, o dónde conviven fuera de casa?

Los que se esfuerzan por orientarlos deben fomentarles a cada rato los principios, valores o virtudes, y a que los hechos de violencia ya no sean tabú, comentándoselos para que sepan sortearlos.

¿Cuántos jóvenes han sido asesinados por no ser preparados por los padres en prudencia, para que no se entrometan ni con la vista donde no deben hacerlo, o a controlar sus impulsos?

Los grupos de delincuencia no respetan a nadie, ricos o pobres, hombres o mujeres, y aparecen enfrente en un abrir y cerrar de ojos.