Roja transformación
Sergio Lugo
Mi apoyo para Claudia Sheinbaum y mi admiración para Fernández Noroña, son quienes darán seguimiento a la Cuarta Transformación, impulsada por López Obrador.
Con el triunfo del tabasqueño el 1º de julio de 2018, se instauró oficialmente la 4T, aunque tiene sus antecedentes desde los años 50 con la lucha magisterial y ferrocarrilera.
Hay deficiencias en el gobierno federal, y sobre todo en el partido, porque su imagen depende de AMLO; recibieron a oportunistas y no hay un plan después de que el Presidente se retire.
Mario Delgado llegó a Morena (apoyado por Ebrard), pero no le ha dado el impulso necesario para la “formación de cuadros” desde la izquierda y le ha apostado en recibir a gente del PRI y PAN. Habrá que analizar cuánta gente antes atacó a AMLO y ahora está en los comités de Morena. El coqueteo de Delgado con el Partido Verde, desplazará a los fundadores de Morena para que en el 2024 las candidaturas se las otorguen a la derecha.
Para mí, Claudia Sheinbaum representa a la izquierda entre los candidatos de Morena. De ellos es la única que viene de la lucha social, desde 1986 cuando estaba en la UNAM junto con Martí Batres y otros del CEU, luchando para que no se privatizara la educación. Ella, Gerardo Fernández Noroña, junto con AMLO y otros, fundaron al PRD. Gerardo ahora está en el PT.
Mientras Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto estaban felices trabajando y/o militando en el PRI del usurpador Carlos Salinas de Gortari. Manuel Velasco del Partido Verde, es nieto del que fuera gobernador de Chiapas (del mismo nombre), por el PRI en 1970.
De entre todos, Claudia va en primer lugar en las encuestas, a Fernández Noroña lo ubican en el tercer lugar, quizá él se sumará a ella. Dado que no tiene buena relación con Morena, seguramente será candidato a senador de la 4T por la CDMX y coordinador del PT. Luego pudiera gobernar Iztapalapa y seguir el camino de Clara Brugada.
He acudido a varios mítines de Sheinbaum, su discurso es la continuidad del trabajo de AMLO y de la izquierda de Morena; a diferencia de Ebrard que se ve más neoliberal e individualista. Claudia habla del proyecto de nación, donde incluye a las mujeres y las minorías. Fomenta la idea de que las mujeres puedan ser profesionistas y hasta presidentas de México.
En su gobierno le apostaron a la educación y movilidad para beneficiar a los pobres. No es protagonista ni fanfarrona. Es científica, austera, y no es fanática religiosa.
A Fernández Noroña lo entrevisté en persona hace unas semanas, lo apoyo porque es ateo (yo tampoco creo en Dios), y México necesita políticos que se enfrenten al clero retrógrada, como lo hizo Benito Juárez.
Le gusta el blues con Eric Clapton, Jimi Hendrix y King Fish; del rock progresivo, la banda Camel. Le conté que también fui al concierto de Carlos Santana y Journey igual que él, en 2015 al Palacio de los Deportes. Admira a Flores Magón y a Campa.
Recomienda el libro La vida del héroe, de Luis Castillo Ledón, sobre Miguel Hidalgo, fusilado el 30 de julio de 1811.
Me encanta que él recorre el país en su Combi vendiendo y regalando libros, como el que me obsequió y autografió La Casa Blanca, que él imprimió de manera independiente en 2017, ahí dice que está convencido en que podemos hacer una transformación de manera pacífica con la desobediencia civil: “la forma más poderosa es parar todo. El pueblo crea toda la riqueza…Sí el pueblo se detiene, no se mueve nada… Sí el pueblo se cruzara de brazos tres días: no fuera a trabajar, no fuera de compras, no viera televisión, y consumiera lo mínimo, el gobierno no resistiría, caería”.
Con Sheinbaum y Fernández Noroña hay garantía de una roja transformación.