Proyecto autosustentable de mujeres de la sierra de Atoyac cumple más 10 años trabajando
Crean artesanías con ocoxal, que es el residuo de las hojas de pino
Rodolfo Valadez
En la comunidad de El Edén, ubicada en la parte alta de la sierra de Atoyac, las mujeres llevan más de 10 años dedicadas a la elaboración de artesanías y objetos decorativos, así como sombreros, llaveros, joyeros, servilleteros, cestas y cinturones, usando como materia prima el ocoxal, que son los residuos de la hoja de pino, que anteriormente se consideraba como desechos de ese árbol.
A pesar de la calidad que tienen los trabajos y de la buena aceptación entre la ciudadanía, las artesanas carecen de ayuda de parte de las autoridades, a donde han ido a tocar puertas en busca de ayuda económica que les permitan diversificar y mejorar su trabajo, lamentablemente sin éxito.
Las mujeres cuentan que la necesidad de ganar dinero que las ayude con los gastos de la familia, sumada a la crisis que enfrenta el sector cafetalero en ese municipio, afecta a varias cafeticultoras, toda vez que El Edén es una de las más importantes comunidades productoras del grano por estar enclavada en la zona cafetalera de Atoyac, que a su vez es uno de los principales municipios productores del aromático en Guerrero y el país, lo que impulsó a las féminas a poner en marcha su creatividad, dando como resultado la elaboración a mano de los productos hechos con el material natural.
Para adquirir la materia prima las mujeres salen al bosque donde recolectan y seleccionan el ocoxal, ya que no todo sirve como materia prima, aseguró Sandra Alicia Adame, una de las artesanas de la población, quien agregó que cuando ya tienen suficiente materia prima, la ponen a remojar hasta que queda dócil para su manejo con las manos, y ayudadas con tijeras, hilo, agujas y selladores dan forma a los artículos que posteriormente ofrecerán a la gente.
Dijo que la elaboración de los objetos se intensifica durante la temporada de lluvias, ya que el mal tiempo les impide realizar sus labores en el campo o trasladarse a la parte baja del municipio por el mal estado de los caminos a consecuencia del mal tiempo.
Recordó que todo comenzó cuando un grupo de mujeres de esa localidad recibió un curso de capacitación para la elaboración de los objetos a base de los residuos del pino hace 10 años, y desde ahí, añadió, la actividad no paró entre las féminas, quienes incluso, cuentan ya con una marca registrada en la elaboración de las artesanías.
“A simple vista parece un trabajo fácil, pero no lo es. Un servilletero lleva hasta cuatro días terminarlo y mucho más tiempo otros objetos como sombreros o cinturones”, apuntó.
Abundó que sus creaciones han ido a parar a exhibiciones en Miami, Estados Unidos y otros países, además de que han formado parte de exposiciones durante el Abierto Mexicano de Tenis que se realiza en el puerto de Acapulco.
Sandra Alicia Adame llamó a las autoridades gubernamentales para que apoyen a las mujeres que mediante actividades productivas busquen salir adelante, y les brinden ayuda que ellas puedan destinar para la compra de herramientas, insumos y equipo que les permita mejorar la calidad de sus creaciones, dentro de una actividad que inició como un pasatiempo y hoy es una empresa consolidada en lo alto de la sierra atoyaquense.