Ginés Sánchez

Luis Edgardo Palacios Díaz, servidor público nacido en Acapulco en 1973, actualmente desempeñando una, bien se podría decir, hiperactiva labor desde su curul como diputado en el Congreso del estado de Guerrero, representando al distrito local número 3, habiéndose ganado la representación de esa parte de la Costa Grande en las urnas, hay que decirlo, hecho poco común en partidos pequeños como al que el pertenece y que lo postuló: el Verde Ecologista, y además de una forma holgada, eso debido a su cercanía con la gente de a pie, de trabajo, perteneciendo él a una familia caracterizada, desde hace décadas por un trabajo duro, eficaz y honesto, divisa acaso ya no tan frecuentemente encontrada, como antes, en un estado como Guerrero.

Por formación académica, licenciado en Administración y Contaduría, también se ha desempeñado en la iniciativa privada, como empresario del ramo restaurantero. Y me permito enumerar su perfil, mismo que demuestra que Morena puede y debería dar más espacios a cuadros de sus aliados, PVEM y PT.

Su trayectoria dentro del servicio público comienza en 2005, cuando se desempeña, hasta el 2008 como regidor en su municipio natal de Acapulco, presidiendo en esos años la Comisión de Ecología, Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable; en el 2014 se desempeñó como analista de la Comisión Nacional Forestal; de 2009 al 2012 fue, en una primera oportunidad, también diputado local en la 59 Legislatura del Congreso local; en el seno de su partido ha tenido participación en distintas tareas, como consejero estatal, delegado a asamblea general y secretario de Asuntos de la Juventud y de Organización.

En la actual Legislatura, forma parte de tres comisiones, secretario en la de Protección Civil y Prevención de Desastres e integrante en las referidas a Comunicaciones y Transportes, Presupuesto y Cuenta Pública, además de pertenecer a grupos de amistad con Arabia Saudita y Alemania. Aquí es donde ha demostrado ser un legislador no sólo responsable, sino incluso como ya decíamos, hiperactivo, estando en blanco tanto de ausencias a las sesiones en la cámara, así como en abstenciones a votaciones de los distintos trámites sometidos a discusión.

Desde su trinchera ha demostrado su preocupación en temas locales y nacionales, como lo han sido y son la sanidad vegetal, abasto oportuno de medicamentos y recetas en todo el sector salud, seguridad en carreteras y vías de comunicación, como por ejemplo su esfuerzo por prohibir los transportes de doble remolque, que tantos accidentes y vidas cobran por año, pesca y acuicultura sustentables, minería, ha propugnado por mayores sanciones a quienes resulten responsables por el daño ecológico que ocasiona el abandono de redes de pesca utilizadas en grandes embarcaciones, Seguridad Pública, Protección Civil, acciones de apoyo en gasto social para los afectados durante la pandemia por Covid-19, impulso de políticas públicas para la protección de ecosistemas, agilización en el trámite de pasaportes, ampliar la asignación de recursos al sector forestal, aumento de castigos para prevenir el matrimonio infantil y a deudores alimenticios, igualdad de género, incluir el injustamente soslayado tema de la llamada tercera raíz, es decir, los pueblos afroamericanos en la vida nacional, recuperación de espacios públicos y el impulso de la agricultura urbana, temas de mayor vigilancia del Estado mexicano a aeropuertos concesionados, entre muchos otros.

Su trabajo legislativo tiene el sello de dialogar y trabajar, codo a codo, con los presidentes municipales de su distrito, para la mejor gestión de los problemas que aquejan a sus pobladores.

En fin, creo que el próximo gobierno federal debe dar más espacios a funcionarios militantes de los dos partidos más pequeños, fieles aliados al partido oficialista, Morena, con especial énfasis en elementos que, como el referido diputado guerrerense Edgardo Palacios han demostrado su mística de servicio y como el mismo utilizó la frase en su más reciente informe de actividades: “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.