Clemente Martínez Rendón

La historia de la derecha contemporánea del siglo XX y XXI, está muy arraigada en México, es heredera de las facciones políticas que son oficialmente conocidas como conservadores y monárquicos; estos grupos estaban integrados por la élite criolla que tenía el interés de seguir conservando el poder político del virreinato de la Nueva España, después de consumada la independencia en nuestro país, (por eso debemos de entender, porque los conservadores, son vende patrias) posteriormente se fue integrando por grupos de inversionistas extranjeros, que finalmente se organizaron en cámaras de comercios y que siguen vigentes hasta nuestros días.

Cuando el general Lázaro Cárdenas del Río llevó a cabo la expropiación petrolera el 18 de marzo de 1938, dichos inversionistas tanto nacionales como extranjeros, (conservadores y monárquicos) se organizaron y fue así como nació el partido del bolillo, es decir, el PAN, fundado en 1939, por Manuel Gómez Morín, como una forma de protesta a la decisión del general Cárdenas. La SCJN, así como hoy en la actualidad, estuvo otorgando amparos a inversionistas extranjeros hasta los siguientes 20 años después de que México recuperó la soberanía de los hidrocarburos, es decir, la suprema cortesana, como en aquellos tiempos, seguirá protegiendo los intereses extranjeros.

El mayor éxito del capitalismo en México es haber creado a los pobres de derecha, tal como dice Spinoza, en otras palabras, porqué el ser humano pelea por su sumisión, como si fuera su libertad, y esto se ve en los debates donde te topas con personas pobres que defienden a los ricos que pertenecen a la derecha, (conservadores y monárquicos), que el oprimido se identifique con el opresor, hacer que el trabajador pobre defienda la ideología del millonario abusivo, es decir, convencieron al esclavo de que les convenía estar en la esclavitud, ¡chale, men!

Por eso los vende patrias del PAN, o de la derecha conservadora, y hasta la Iglesia católica, se mete en asuntos políticos, mismos que no deben, les duele y molestan los cambios estructurales que nuestro comandante supremo de las gloriosas fuerzas armadas, Andrés Manuel López Obrador, está llevando a cabo en México con la Cuarta Transformación.

Un ejemplo claro es la implementación de la Nueva Escuela Mexicana, ya que llama a los docentes a formar ciudadanos humanistas, críticos, participativos y con valores éticos, para ejercer la libertad política sobre la libertad económica, por eso Marko Cortés está enfurecido con los libros de textos, e hizo el llamado a la ciudadanía de quemarlos o destruirlos. Ahí nomás.

Conclusiones:

Primera. Los mexicanos debemos de cerrar filas con nuestro Presidente, ya que está cambiando las políticas públicas de nuestro país, y no es nada fácil, lo hemos observado con el PRIANRDMC, que no jalan para un cambio favorable para nuestra nación.

Segunda. En China existe un sólo partido político que lleva en el poder casi 100 años, y no lo pueden cambiar, pero sí se pueden hacer cambios a las políticas públicas; en Estados Unidos pueden ganar los republicanos y demócratas, pero no cambian las política públicas, el país asiático no es capitalista, pero tiene una economía vibrante que compagina en todo el mundo.

Tercera. Estados Unidos puede cambiar la estética de la política, pero no las políticas públicas; en México, AMLO está llevando a cabo la Cuarta Transformación, y curiosamente tuvo que crear su propio partido político, para poder cambiar las políticas públicas, en favor de los más necesitados.

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