Coyuntura 2024: Hacia la consolidación de la Cuarta Transformación 1/3
Geovanni Manrique Pastor
La transformación de la vida pública de México y Guerrero atraviesa por un punto clave para su consolidación y profundización. En el contexto de la coyuntura electoral del 2024, en la competencia electoral que se avecina, Morena tiene una oportunidad inigualable para lo que denomino transustanciación, palabra de no tan fácil pronunciamiento que denota algo más complejo que un cambio de forma y aduce un cambio de sustancia; en efecto, si deseamos materializar el anhelo de un México más justo, menos desigual, con mejores oportunidades para el desarrollo de cada una de las y los mexicanos que se decante en bienestar y felicidad, la continuidad del proceso de cambio político debe pasar del cambio de la forma al cambio de la esencia tanto de las estructuras de poder, como de las normas y reglas del juego, así como de los valores, conductas y mentalidades de la comunidad política.
La reciente visita de la doctora Claudia Sheinbaum a Guerrero, su mensaje político y la forma de transmitirlo, así como los acontecimientos que giran en torno a la competencia electoral, a sus actores y actoras, me conducen a reflexionar sobre algunos aspectos que me parece importante compartir para entender el momento político coyuntural que constatamos.
La publicación reciente de una de tantas encuestas que confirman, al día de hoy, la correlación de fuerzas ampliamente favorable tanto para la doctora Sheinbaum como para Morena en su conjunto, confirma lo que hace algunos días en este mismo lugar reflexionaba con ustedes: la ciudadanía distingue a Morena del Frente Amplio por México por dos razones fundamentales; a decir, por la coherencia programática que constituye el proyecto de nación cuyos principales preceptos giran en torno a disminuir las desigualdades, la pobreza y proteger a quienes menos tienen, a los desposeídos y olvidados por encima de cualquier interés personal o de grupo, en oposición al deseo de restaurar el régimen de privilegios y beneficios perdidos de quienes se aglutinaron, sin un programa político estructurado y más bien por la recuperación de un conjunto de privilegios de carácter económico.
Es evidente que, salvo que algo excepcional ocurra, la próxima presidenta de la República será la doctora Sheinbaum; de ello se desprende la relevancia de analizar los retos y desafíos que sostiene programáticamente el movimiento que la ungió como la coordinadora política para la continuidad de la 4T e identificar las áreas de oportunidad que implica ordenar y sistematizar los asuntos que podrían integrarse en la agenda necesaria para la gobernabilidad y gobernanza democrática en los próximos seis años.
Desde mi muy modesta opinión, la agenda para la consolidación y profundización de la Cuarta Transformación de la vida pública en México y Guerrero pasa necesariamente por sostener la política de cero corrupción, así como la política de austeridad republicana, traducida en la erradicación de lujos en los gobiernos de los tres órdenes, y en los poderes Legislativo y Judicial.
Mantener la política de combate a la evasión fiscal y perfeccionar el sistema de recaudación para garantizar el progreso en el sistema tributario, en defensa de quienes tienen menos ingresos.
Asimismo, replantear el modelo de gestión de la administración pública federal; que transite del denominado modelo gerencial, correspondiente al Estado mínimo promovido por el neoliberalismo, que inició su deconstrucción durante este periodo presidencial, a uno de corte neo weberiano por el que se recuperen funciones sustantivas en la provisión de bienes públicos otorgando el valor que ocupa el funcionamiento de las distintas agencias de la administración pública en los tres órdenes de gobierno.