Por Noé Ibañez Martínez

La historia del docente y de la escuela pública están unidos a la construcción de la nación, solo hay que recordar a los jóvenes que se convirtieron en maestros rurales en las misiones culturales de Vasconcelos, una estrategia que ha sido esencial para llevar educación en las zonas apartadas del país durante los primeros años de la recién creada Secretaría de Educación Pública.

Desde la Colonia, los profesores mexicanos han sido considerados agentes y productos de un proceso social que siempre ha procurado la consolidación de la identidad nacional. Luego, el sentido de la educación en México fue la construcción del nacionalismo y los profesores mexicanos han compartido un imaginario magisterial a tal punto que el magisterio actual, diversificado, ha diversificado su método pero no su esencia.

En las comunidades rurales, cuando se amplió la red de escuelas normales formadora de maestros, estos recorrieron comunidades llevando, además de educación, también apoyos, acompañamientos y hasta guías de las comunidades, ya que servían para redactar oficios, solicitudes y terminaron siendo gestores y líderes en busca de mejorar las condiciones sociales.

La escuela pública y el maestro, a pesar de la desvalorización al que han sido objetos en la última década, siempre han demostrado su profesionalismo y entrega a su labor. Lo hicieron durante la pandemia del COVID-19, cuando se cerraron las escuelas y los docentes buscaron la forma de mantener vida la educación y el acercamiento con sus estudiantes.

Además de contingencias sanitarias, los maestros y la escuela pública también han sido medios y espacios para coadyuvar para minorar los impactos de fenómenos naturales como huracanes, tormentas y sismos, ya que las escuelas son espacios donde existe cierta seguridad para aminorar los daños y afectaciones.

Lo hemos visto recientemente con el impacto del huracán “Otis”, donde cientos de familias de las costas de Guerrero, principalmente de Acapulco y Coyuca de Benítez, han sido movilizadas en instalaciones escolares donde las mismas autoridades educativas han habilitado como escuelas, es decir, como espacios seguros para el resguardo de las familias.

Y no solo esto, los mismos maestros se han movilizado a nivel nacional para solidarizarse con sus compañeros de Guerrero. A través del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación han reunido víveres los cuales han enviado a Guerrero, más de 100 toneladas de apoyos que la Sección 14 del SNTE encabezada por su secretario general, Silvano Palacios Salgado, han estado entregando en Acapulco y Coyuca de Benítez.

En esta adversidad y en las anteriores, los maestros y la escuela pública siempre han estado con el pueblo, buscando siempre generar condiciones y de apoyar a los más afectados en fenómenos naturales y contingencias sanitarias, sin embargo, su labor ha ido desvalorizándose gradualmente.

PD. Viene la demanda e inconformidad de docentes con ¾, ½ y menos de 20 horas frente a grupo.

• Docente del CEB 7/2 de Tlapa, Guerrero.