Isidro Bautista Soriano 

Las comparecencias realizadas ante el Congreso del estado, con motivo del segundo Informe de Gobierno de Evelyn Salgado Pineda, han transcurrido hasta el momento con normalidad, pudiera asegurarse que incluso con civilidad, a pesar de la elección presidencial. Como era de esperarse, los legisladores preguntan y los secretarios de despacho contestan las dudas, observaciones o comentarios que los primeros le formulan. Las comparecencias observadas hasta ahora han sido las de los secretarios general de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez; de Finanzas y Administración, Raymundo Segura Estrada; de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña; de Salud, Aidé Ibarez Castro; de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y Ordenamiento Territorial, Irene Jiménez Montiel; de la Mujer, Violeta Pino Girón, y del Bienestar, María del Carmen Cabrera Lagunas. Todos ellos salieron al paso de las intervenciones de los legisladores que han querido subir a tribuna para abordar un tema determinado, y hasta eso, no todos, pues una media docena es la que ha participado en tres, cuatro o cinco ocasiones, quizá para atraer los reflectores por las elecciones. Si bien es cierto que las comparecencias tienen el propósito de despejar cuestionamientos de los diputados, los secretarios, aparte de procurar responderlos, deberían resaltar, a todo lo que dé, los resultados alcanzados por la gobernadora Salgado Pineda. Dos años se dicen fácil, pero ella ha tenido que sortear problemas graves como los de la inseguridad o la violencia, y recientemente el desastre que dejó el huracán Otis, para mantener estable la gobernabilidad. No se trata sólo de cumplir un mero trámite de ley, el asunto de las comparecencias, sino de cacarear, de responder que hay gobierno en un Guerrero históricamente convulsionado. No puede aceptarse que sea únicamente la gobernadora la que replique que el presidente López Obrador está con Guerrero, y que no se cansa ella de hablar de la 4T. Por lo que se ha observado, se han limitado a hablar de numeritos, de lo poquito, mas no de lo mucho. Han aparecido en los medios de comunicación y en las redes sociales con encabezados simples de “compareció el secretario” o “compareció la secretaria”. Lo que más ha llamado la atención, por no decir que lo único que ha llamado la atención, es la lona de la diputada Flor Añorve por la escalera en que se trepó el secretario de Educación para evadir las protestas de la Ceteg en Tlapa. La opinión pública sigue seguramente con la idea de que los maestros tuvieron y tienen la razón. Vaya, si él no supo defenderse como debió haberlo hecho, menos podrá defender a otro. En otras legislaturas los secretarios se han lucido con sus intervenciones por la figura del gobernador en turno, no por la suya, y los diputados de su mismo partido formulaban su participación orientada a resaltar en todo lo posible la actuación de su gobierno. Llegaron a actuar como un equipo de futbol, desde luego con un excelente director técnico. Recuerdo la 52 Legislatura (todavía hay por ahí sus diputados, de todos los partidos) en los tiempos de José Francisco Ruiz Massieu. A ponerse pilas porque qué se puede esperar más de las protestas si ya las hubo del tamaño de Tlapa.