El PRI y su destino
Isidro Bautista Soriano
El PRI no debe fracturarse, si realmente quiere disputar el poder al máximo de sus fuerzas este 2024 en Guerrero. Hasta el momento han sido considerados simples especulaciones los comentarios que corren en los periódicos, redes sociales, cafés y pasillos, en el sentido de que el ex gobernador Héctor Astudillo Flores y el ex alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, se van de las filas de ese partido. Se ha ventilado el señalamiento de que la dirigencia nacional de ese instituto político los ha hecho a un lado, después de que ambos, como se recordará, públicamente se inconformaron por la reelección al frente de ésta de Alejandro Moreno Cárdenas. Llegó a pensarse de que se les daría alguna posición dentro de las fórmulas de candidatos, toda vez de que se les vio en los medios sentados o reunidos frente al propio Moreno Cárdenas, y en muchas ocasiones más con el actual senador Manuel Añorve Baños. La última vez que aparecieron públicamente juntos Astudillo, Moreno Arcos, que también fue candidato a gobernador, y Añorve Baños, hasta donde ha trascendido, ocurrió el 30 de enero pasado, en la fiesta de cumpleaños del ex alcalde de Chilpancingo, Efrén Leyva Acevedo. Era del amplio conocimiento el hecho de que Moreno Arcos acarició siempre el deseo de ser el candidato a senador para esta elección de 2024, apoyado, de manera abierta, por Astudillo Flores, a quien se le veía segurísimo de ser incluido como candidato a diputado federal plurinominal. Esta semana con el anuncio hecho en el sentido de que Añorve Baños presentaría su solicitud de registro para ser precandidato a senador, las cosas dieron el giro, pues fue interpretado a todas luces como que aquellos habían quedado prácticamente descartados. Los tres personajes tienen su propio capital político como ningún otro más, tratándose del PRI. Separados, su partido queda partido en toda la extensión de la palabra, como nunca lo ha estado en Guerrero. Los tres valen lo que valen pero dentro del PRI, y divididos, perderían fuerza, sin lugar a dudas. Si así juntos, no hay nada seguro al cien por ciento de que gane su partido, por los descalabros que ha tenido en estos últimos años, y más ahora sin la presidencia del país y sin la gubernatura del estado. No todos seguirían a Astudillo ni a Mario en caso de irse a otro partido, como ha ocurrido en experiencias pasadas aquí mismo en Guerrero. Hay muchísimos militantes que ven con simpatía y afecto al mismo tiempo a los tres. De hecho, en estas últimas horas han estado en una fase de reflexión: se irían o se quedarían. Una decisión verdaderamente difícil y lamentable. Seguramente para Héctor y Mario ha de ser también difícil esta situación. Movimiento Ciudadano no es garantía de posible triunfo para ninguna posición. Este miércoles apareció la noticia de que no postulará candidatos en tres regiones del estado. ¿Cómo costearían los gastos de campaña? Deben agotarse todas las posibilidades de negociación posibles. Lamentablemente, uno tiene que ser el candidato al escaño. Cada quien hizo la lucha a su manera. Cuando Mario fue candidato a gobernador, Añorve se sentó, y cuando Astudillo también lo fue, Añorve se sentó. Ni a quien irle, porque a los tres se les quiere y respeta, dicen en los corrillos.