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Articulos El Guerrero 8 febrero, 2024 (Comentarios desactivados) (104)

Renuncias en el PRI: la misma gata, pero revolcada 

Isidro Bautista Soriano 

Ya es más triste que cualquier otra cosa el hecho de ver a los priístas renunciar a su partido, como ocurrió ayer miércoles en Chilpancingo, con un grupo encabezado por su dirigente municipal, cuando la población vive momentos de angustia ante la violencia que ha mantenido paralizado el servicio de transporte público, no obstante el reforzamiento de las medidas de seguridad ordenadas por la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. Pareciera que se trata de una acción de venganza, de darle con todo a lo que quede en sus filas, de destruir al partido que a muchos de ellos finalmente sirvió de vehículo para llevarlos a cargos públicos, una o varias veces, sin que entonces se quejaran de su motor ni de su piloto. Los que se han quedado han conservado prudencia y tolerancia para no entrar en una ola de dimes y diretes… así como de tolerancia, hasta para ser fustigados en su propia casa, a diferencia de Astudillo y Mario Moreno, que informaron de su renuncia en otro sitio. Algunos, quizá todos ellos, seguirán a Héctor Astudillo Flores y a Mario Moreno Arcos, ex gobernador y ex candidato a gobernador, como explicó al momento de anunciar sus renuncias Joel Eugenio Flores, ahora ex presidente del comité municipal, hasta donde ambos vayan. Sólo que Movimiento Ciudadano, al que llegó Moreno Arcos para convertirse en virtual candidato al Senado por Guerrero, no está en condiciones, como tampoco ningún otro partido, de tirar la primera piedra al que se hizo de la Revolución Mexicana, porque todos, al igual que cualquier ciudadano, son pecadores, unos más, otros menos. Para no ir lejos, un hijo de su presidente nacional, Dante Delgado, fue nominado en un abrir y cerrar de ojos al mismo cargo por el que Moreno Arcos se partió el alma, cierto, de principio a fin en el PRI. Sólo que como ya está acomodado, prefiere ponerse el dedo entre los labios. Los que ayer se fueron y todos los que se han ido del PRI y de los demás partidos, pues no se salva ni uno de éstos de las deserciones de sus militantes, argumentan haberse sentido lastimados e indignados por la asignación principalmente de los cargos de elección popular. Los mismos que ahora se han ido del PRI, y posiblemente los que pudieran irse en los próximos días, son los mismos que permanecieron ahí cuando Ángel Aguirre Rivero se fue, también con un puñado de seguidores, al no resultar nominado como candidato a gobernador. Ninguno de ellos dijo de las cúpulas lo que hoy han dicho. Aguirre aseguró entonces haberse indignado por una decisión que consideró injusta en su contra, pero ellos no lo secundaron, y se quedaron como fieles soldados sólo que hasta ahora rasgan sus vestiduras. Todos ellos, la verdad, son activos, o más bien, fueron activos del PRI respetables, capaces y entregados al partido para cualquier batalla. Pareciera que con hacer pública su renuncia quisieran darle como un tiro de gracia, cuando la guerra política está en otro lado. Ese fuego debería ir enfocado a la violencia, por un México más seguro, por un Guerrero más seguro. Pareciera que se trata de un buen distractor, haciéndole juego a la inseguridad del país, como nadie duda hace MC. Todos ellos son respetables, y así deben procurar mantenerse con sus hechos y con sus dichos. Otro partido, la misma gata; sólo que revolcada.