Sheinbaum y la nueva era laboral en México
Napoleón Gómez Urrutia
México celebra un momento histórico que ha tardado dos siglos en llegar: Claudia Sheinbaum ha sido elegida como la primera mujer presidenta de la nación en 200 años de independencia. Este logro es más que una victoria electoral; representa el triunfo definitivo de la transformación social y política que hemos experimentado en los últimos años. Gracias a la confianza de los mexicanos, seguiremos presenciando y formando parte de una política social justa, digna y humanista, aquella que pone en el centro de la discusión la igualdad y el bienestar constante del pueblo.
La elección de Sheinbaum simboliza la culminación de un proceso de transformación profunda en México: la Cuarta Transformación. Este movimiento ha redefinido nuestra sociedad y nuestras prioridades. Hemos dejado atrás las viejas políticas de exclusión y desigualdad, y abrazado un enfoque que pone a los trabajadores, a sus familias y al pueblo en general en el centro de la agenda nacional.
En los últimos seis años hemos sido parte de grandes avances laborales que no se veían en más de medio siglo. La reforma laboral ha fortalecido los derechos de los trabajadores, mejorando las condiciones en el empleo y aumentando los salarios mínimos. Estas políticas impactan positivamente a la mayoría de la población, ya que la clase trabajadora y sus familias representan aproximadamente 80 por ciento de los mexicanos.
Como alguien comprometido con las libertades, los derechos y la dignidad de la clase trabajadora y del país, ahora, desde mi posición en la Cámara de Diputados, veo con optimismo el papel crucial que jugará la administración de la virtual presidenta electa para continuar con esta agenda progresista. Es esencial que se siga avanzando para asegurar un futuro más justo y equitativo para todos.
El panorama bajo el liderazgo de Sheinbaum es muy esperanzador y certero. Su presidencia asegura la continuidad de la transformación iniciada hace seis años, pero con un nuevo enfoque, potenciado por su formación profesional y su experiencia en la gestión pública. En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología y la innovación, la visión específica de la ex jefa de Gobierno, basada en el rigor científico y el análisis de datos, será invaluable para abordar los desafíos de nuestro tiempo.
Su compromiso con el medio ambiente, la justicia social y la equidad de género promete un futuro en el que el progreso y el desarrollo económico se alineen con los valores de sostenibilidad e inclusión. Su capacidad para combinar la tecnología con políticas inclusivas nos da la esperanza de que México se convierta en un líder mundial en el uso responsable y equitativo de la ciencia y las energías limpias que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.
No debemos olvidar la importancia del Poder Legislativo en lograr los cambios que el país aún tanto necesita. Por tanto, desde mi posición como legislador comprometido, seguiré impulsando una agenda laboral progresista que apueste por un crecimiento sólido y próspero. En este nuevo capítulo de la evolución de nuestro país, es fundamental que sigamos avanzando en la defensa y ampliación de los derechos de los trabajadores.
Tenemos temas pendientes, como la reducción de la jornada laboral, la cual muestra que México mantiene un atraso significativo respecto a otras naciones. Además del aumento de aguinaldo a 30 días, lo cual es una deuda histórica que tenemos con el pueblo, una medida que no sólo reconoce el esfuerzo de nuestros trabajadores, sino que fortalece su poder adquisitivo y bienestar. Y no se diga un fondo de pensiones que traiga justicia, dignidad y desarrollo para el pueblo.
El triunfo de Sheinbaum es una victoria para todos los mexicanos. Es un testimonio de nuestra capacidad para evolucionar y abrazar un futuro donde la igualdad, la justicia y la ciencia guíen nuestras políticas. Celebro este momento histórico con un profundo sentido de compromiso renovado.
La lucha por los derechos obreros y su reivindicación no termina aquí. Hoy tenemos la oportunidad de construir un México más equitativo y próspero. Continuaremos trabajando incansablemente desde la Cámara de Diputados para que cada trabajador y cada familia puedan disfrutar de los beneficios de una nación que pone su bienestar y desarrollo pleno en primer lugar.
Este es un momento de celebración, pero también de acción. Hoy más que nunca reafirmo mi compromiso de trabajar por un México donde todos, sin excepción, puedan alcanzar su máximo potencial y vivir con dignidad. Estoy convencido de que estamos en el camino correcto hacia un futuro brillante y justo; más de 35 millones de mujeres y hombres eligieron seguir consolidando la transformación y el crecimiento nacional.