AGT: fuerza y unidad sindical
Napoleón Gómez Urrutia
Hoy, más que nunca, la fuerza de la clase trabajadora se erige como el motor que impulsa a nuestro país hacia el futuro. El pasado miércoles 28 de agosto anunciamos la creación de la Asociación General de las y los Trabajadores (AGT), una nueva forma de organización sindical que agrupa las centrales obreras más grandes y representativas de México, incluyendo a las confederaciones de Obreros, Campesinos y Empleados de México (Cocem), Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y Regional Obrera Mexicana (CROM), la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios (Fenasib) y los sindicatos del Metro, el Monte de Piedad y los telefonistas, y por supuesto el Sindicato Nacional de Mineros y la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), que tengo el privilegio de presidir.
La AGT no es sólo una coalición: es un compromiso firme con la dignificación de cada trabajadora y trabajador de nuestro país. Nuestras organizaciones, con más de 90 años de lucha inquebrantable, han sido testigos y protagonistas de las transformaciones políticas y sociales que México ha vivido. Hemos dialogado con más de 15 gobiernos federales, logrando importantes conquistas para el movimiento obrero, y cuando el diálogo se ha agotado, hemos tomado las calles para exigir respeto y justicia.
En un país con una población económicamente activa de más de 60 millones de personas, es imperativo que exista una plataforma de diálogo y acción que defienda los derechos de quienes, día a día, salen de sus hogares para construir la riqueza de nuestra nación. La AGT es ese espacio, un lugar donde las ideas se intercambian y se concretan en acciones que transformarán el mundo del trabajo en México. En esa línea, las bases de los sindicatos, federaciones y confederaciones que conforman esta asociación han asumido con gran responsabilidad la tarea de unir fuerzas para situar la voz de la clase trabajadora en el corazón de la agenda pública.
Nuestro objetivo es claro: consolidar una agenda laboral que beneficie a las y los trabajadores y sus familias. Entre los temas que impulsaremos destacan la creación del fondo de pensiones, el incremento del aguinaldo de 15 a 30 días, la reducción de la jornada laboral a 40 horas y la exención del impuesto sobre la renta (ISR) hasta por tres salarios mínimos en el pago de tiempo extraordinario, prestaciones sociales y bonos de productividad. Además, nos comprometemos a impulsar el fortalecimiento de las políticas de vivienda y de los sistemas pensionarios y de salud, y a asegurar el pago de las utilidades conforme al artículo 123 de la Constitución.
Asimismo, entre los principios y directrices de nuestra organización está el respeto a la autonomía e independencia de cada organización. Esta coalición reconoce y respeta la soberanía en las decisiones internas de cada entidad que la compone. Además, las resoluciones serán adoptadas por medio del consenso. Buscamos que miembros de esta nueva organización promuevan en todo momento políticas de inclusión y no discriminación, trabajando para alcanzar la paridad en todos los ámbitos de la sociedad y dentro de nuestra propia estructura. En definitiva, nuestra agenda se aborda con perspectiva de género, ya que la inclusión de mujeres y jóvenes es un aspecto fundamental que nos concierne a todos.
Los mineros, la CIT y yo, personalmente, estamos convencidos de que esta nueva organización será la punta de lanza en la política laboral y la vida pública de nuestro país. Aunque nos corresponde coordinar estos trabajos durante un primer periodo de gestión de dos años, reconocemos el valioso aporte de las demás organizaciones integrantes, quienes podrán encabezar esta importante labor al término de este plazo, mediante una coordinación colegiada.
La AGT permanecerá como espacio de diálogo abierto, un lugar donde todas las expresiones y esfuerzos que busquen la dignificación de la clase obrera serán bienvenidos. En esta nueva organización no hay lugar para protagonismos ni intereses personales; lo que nos une es la convicción de que, juntos, somos más fuertes.
Es imprescindible que sigamos abanderando la voz y la lucha obrera, además de los temas pendientes que beneficiarán a las y los trabajadores y sus familias. Aún queda mucho por hacer, pero estamos en el camino correcto. Unidos, construiremos un país más justo, más libre y más digno para todas y todos.
Hoy, más que nunca, nuestra lucha por el cambio continúa. La unidad es nuestra fuerza y con ella daremos la batalla para conquistar un futuro mejor para las y los trabajadores de México.