Leopoldo González recalca la importancia de la alimentación como derecho humano
Héctor Briseño.
El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, advirtió que la estructura económica en el mundo y los hechos de violencia que se presentan a nivel local, ocasionan hambre, desnutrición y pobreza en la población.
El prelado dedicó su comunicado quincenal al Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora este lunes 16 de octubre, el cual tiene la finalidad fortalecer e impulsar la solidaridad a nivel nacional e internacional, en la lucha contra el hambre, la malnutrición y la pobreza.
González González subrayó que “una buena alimentación es un derecho de todo ser humano, base necesaria para vivir el derecho primario a la vida. Todos hemos de tener la posibilidad de obtener lo necesario para vivir dignamente, y al mismo tiempo nadie está dispensado de realizar aquello que está en sus manos hacer para contribuir al bien común del que tiene derecho a participar”.
Sin embargo, el arzobispo de Acapulco expresó que la economía está centrada en la ganancia, y citó al papa Francisco, al manifestar que “la lógica del máximo beneficio al menor costo, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad”.
Advirtió que “si lo que importa es ganar lo más posible, nada impide destruir o dejar echar a perder toneladas de alimento para mantener el precio”.
Para ello, indicó González González, es necesario planear los objetivos y la actividad económica, la producción alimentaria y la protección del medio ambiente a partir de cada persona y la comunidad.
Mencionó que “la lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado, centrada ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de los alimentos a una mercancía más, y afianzar la lógica de la solidaridad”.
En busca de lograr el bien común, el arzobispo de Acapulco señaló la importancia de no representar una amenaza para los demás.
Sostuvo que “si nadie fuera una amenaza para los demás, no sólo no se gastaría tanto en vigilancia, sino que muchas personas tendrían un gran respiro económico”.
Lamentó que “muchas familias ven herida su economía por la cuota que les cobran, muchos puestos de trabajo se acaban porque los negocios se ven obligados a cerrar ante extorsiones y cobros de piso. Muchas familias sufren la destrucción de sus medios de subsistencia, el taxi, la combi, el establecimiento”.
Agregó que muchas personas ante la amenaza a su vida, dejan su casa, sus tierras, huertas y ganado.
El arzobispo de Acapulco indicó que “hemos visto pasar hambre a algunas comunidades porque la violencia cerró los caminos de acceso y durante días no dejaban pasar víveres”.
Asimismo, el arzobispo de Acapulco expresó su reconocimiento y gratitud a todas las personas voluntarias, grupos de la iglesia, instituciones civiles, Ejército y Marina, que prestaron auxilio a familias y comunidades afectadas por las lluvias suscitadas en días pasados, y elevó una oración por el eterno descanso de las dos personas que murieron debido al fenómeno meteorológico.