Playas de Acapulco registraron una numerosa afluencia de turistas a lo largo del día de Navidad
Parece que sí hay muchos visitantes, declaró el turistero Romualdo Valle
Héctor Briseño
Playas de Acapulco registraron una numerosa afluencia de turistas a lo largo del día de Navidad, como ocurrió en Tamarindos, Hornos y Papagayo, donde el 25 de diciembre representó una especie de renacimiento, en el que bañistas, turistas y residentes aprovecharon el receso para nadar entre las suaves olas del puerto, en la zona Tradicional, además de observar el atardecer. En diversos tramos de playa Icacos, en la zona Dorada, también se observaron grupos numerosos de bañistas, como ocurrió en el acceso de la plaza Costa Rica y el sector colindante con la Base Naval. “Parece que sí hay muchos turistas”, se hizo la observación a don Romualdo Valle, conocido como Romy en playa Icacos, quien advirtió que “no en todas las playas, pero sí hay gente, aquí tenemos muchas personas del estado de México y del interior de Guerrero”. Don Romy enfatizó que los propios prestadores de servicios han multiplicado esfuerzos para cribar la arena y retirar el vidrio de la franja de arena, labor difícil debido a las altas temperaturas, por lo que lo recomendable es limpiar la playa entre 6 y 9 de la mañana, y después recibir a los visitantes, en una doble labor. Originaria de Veracruz, Alexa Rivera, manifestó que su familia cada año viaja a Acapulco. La joven resaltó al ingresar a playa Icacos que “aquí tenemos familia, siempre venimos en diciembre, pero no habíamos venido después del huracán”. Señaló que “la ciudad está destruida, bueno, los hoteles, y vimos mucha basura, pero sí se va a levantar”. Añadió que “mucha gente viene a la playa, hemos visto mucha gente ya”. Víctor Cruz, pintor y especialista en tablaroca, quien toma un descanso en playa Tamarindos sentado sobre la arena, señaló que “como pasó Otis todavía está un poco baja la economía, hasta que se reactive, que les empiecen a dar lo del seguro a los hoteles, van a empezar a contratar, todos esos hoteles están dañados, pero primero quieren que les pague el seguro”, comenta mientras señala las hospederías de gran calado en Acapulco, que se encuentran a lo largo de la zona Dorada. Sin embargo, para algunos prestadores de servicios la falta de ingresos comienza a ser preocupante. Catalina Solano, vendedora de cubetas e inflables, originaria del norte de Tlapa, avecindada en Acapulco desde hace 25 años, se muestra agotada después de recorrer unos tres kilómetros sobre la franja de arena, entre Papagayo y Carabalí, en busca de vender su mercancía. Relató que “viene la lluvia a veces, pero normal, ahorita sí nos dañó, sufre uno”, comentó jadeante en relación con el huracán Otis. Tomando un poco de aire, mencionó que “vengo desde Icacos, para allá vivo; muy mal han sido estos dos meses, hoy es mi primer día que salgo a vender, no hay nada”. Enfatizó que “no he podido vender nada, la gente no quiere comprar”. “¿No ha podido vender nada?”. “Así lo inflo, así lo tengo, mire las cubetas todas raspadas, ya tiene que no vendo, desde que empezó esto del huracán las tengo”. Un comentario recurrente entre turistas es el incremento de los precios. Procedentes de Ecatepec, Estado de México, Armando López Soriana viajó con su familia, después de un paseo en banana en la bahía de Acapulco, explicó que se la pasó bien, pero hay que esperar turno, pues la oferta de paseos acuáticos disminuyó al resultar dañadas innumerables lanchas y equipamiento de playa por el huracán. “Pues vemos que pasó mucho desastre pero ahí va, apenas llevamos el segundo día, pero bien”, expresó el padre de familia, quien reflexionó que “no hay mucha afluencia; dentro de lo que cabe los precios están un poquito elevados, pues yo creo que se necesitan recuperar”. Laura y Oliver viajaron desde Puebla a Acapulco desde el pasado 22 de diciembre. Después de comprar un paseo en el yate Bonanza, comentaron que el precio de la noche de hospedaje aumentó alrededor de 40 por ciento en un hotel de La Quebrada, pues de alrededor de mil 500 pesos, en esta ocasión pagaron 2 mil 400 pesos, y señalaron que “venimos a ayudar en la economía”