Santiago Loera Chávez lleva al cine la vida de la atleta rarámuri Rita Patiño
Busca visibilizar la discriminación por el idioma dentro y fuera del país
Antonio Hernández Peralta
La historia de la corredora rarámuri Rita Patiño, quien estuvo internada en un hospital siquiátrico en Estados Unidos durante 12 años por un mal diagnóstico de esquizofrenia, es narrada en el documental La mujer de estrellas y montañas, del director mexicano Santiago Esteinou Loera Chávez (Ciudad de México, 1982).
En 1983, la atleta rarámuri fue encontrada cansada y con miedo en una iglesia de Kansas. El pastor llamó a la policía, ya que la mujer se comportaba y hablaba raro. Las autoridades no entendieron que ella cantaba y danzaba en honor a sus dioses, en la lengua de su pueblo: los de los pies ligeros.
Decidieron canalizarla a un hospital, donde fue discriminada, precisamente porque nadie comprendía su idioma. Nunca solicitaron un traductor para que ella pudiera comunicar sus malestares. Los doctores le diagnosticaron con esquizofrenia.
En la función de prensa, el también documentalista Santiago Esteinou explicó que conoció la historia de Rita por medio del libro Born to Run, del periodista estadounidense Christopher McDougall, en el cual describe la cultura rarámuri y le dedica apenas unas cuantas líneas a la protagonista.
Finalmente, Rita pudo tener acceso a un intérprete para que pudiera explicar de dónde provenía; fue hasta 1996 cuando se sumaron voluntades de México y Estados Unidos con el fin de que regresara a su comunidad en Urique, Chihuahua.
A su regreso, sufrió graves secuelas causadas por las medicinas mal prescritas que recibió en el hospital estadounidense, además su comunidad la estigmatizó por haber estado en un siquiátrico; le decían loca.
Por medio de un equipo legal que la auxilió, Rita fue indemnizada, pero nunca tuvo acceso real a la millonaria cantidad que le otorgó el estado de Kansas por la privación ilegal de su libertad. Se creó un fideicomiso, pero el titular que lo respaldaba dejó de enviarle dinero.
Juanita Osorio, sobrina de Patiño, se hizo responsable de la atleta a su regreso al país; ambas recibieron algunos dólares durante un tiempo, pero Juanita nunca supo el monto real al que tenían derecho, ella cuidó de Rita hasta su muerte, en 2018, es decir, cuando se convirtió en una estrella, como dicta la cosmovisión del pueblo rarámuri.
En conferencia de prensa, el realizador compartió que la finalidad del filme es visibilizar la discriminación por el idioma que existe en el país y fuera de él.
Son muchas formas de vulnerabilidad y de exclusión que vivió una sola persona, agregó. También contó que se tardó seis años en realizar el documental.
Además de la participación de Rita Patiño y Juana Osorio, se contó con la actuación de Ángeles Cruz. “Durante la grabación nos hicimos amigos de Rita y Juanita, muchas veces nos brindaron asilo en su casa. Cuando murió la protagonista, quisimos añadir escenas de la tradición rarámuri, por lo cual pedimos permiso a las autoridades indígenas de esa región, las cuales tienen tres representantes”.
Por el estreno del documental, este 25 de abril, durante este mes y mayo se realizarán actividades especiales para abrir la conversación alrededor de los derechos lingüísticos, el acceso a la salud mental y la defensa del territorio rarámuri. Además, se conmemorará el aniversario 21 de la publicación de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas en el país, y se celebrará el Día de la Tierra el 22 de abril.
De acuerdo con datos tomados del Atlas de las lenguas en peligro, de la Unesco, en el mundo aún existen casi 7 mil lenguas vivas, de las cuales 40 por ciento corren el riesgo de desaparecer, son vulnerables porque muchas de ellas no se enseñan en las escuelas ni se utilizan en espacios públicos.