Se lleva a cabo homenaje póstumo a Ernesto Gómez Cruz en el Palacio de Bellas Artes
Su urna con cenizas y el Ariel de Oro fueron cruciales para el emotivo evento
Redacción
El 6 de abril de 2024, el cine mexicano perdió a uno de sus más grandes exponentes, Ernesto Gómez Cruz, a quien Elena Poniatowska llamó “el último caifán”, y quien dejó un legado imborrable en la industria cinematográfica. Su urna con cenizas y el Ariel de Oro que recibió en 2014 fueron elementos centrales del emotivo homenaje póstumo celebrado en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.
“Les tengo una sorpresa, no vine sola”, anunció Martha Gómez Barrientos, hija del actor, al presentar la urna con las cenizas de su padre. Durante su discurso, Gómez Barrientos destacó la “capacidad camaleónica” de su progenitor para dar vida a los casi 200 personajes que interpretó a lo largo de su carrera, personajes que abordaron temáticas controvertidas y resonaron profundamente con el público.
La ceremonia también fue el escenario para la entrega de la Medalla de Oro Bellas Artes post mortem por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal). Lucina Jiménez, titular del Inbal, subrayó la importancia de Gómez Cruz en la escena teatral y cinematográfica mexicana, recordando que el homenaje había sido planeado desde 2019 pero se retrasó debido a la pandemia. “El galardón es un reconocimiento a su capacidad para decidir su destino, construirlo y ganarse un lugar en la escuela nacional de teatro”, afirmó Jiménez.
María Rojo, por su parte, leyó un texto emotivo donde lo describió como “el maestro de maestros” y una figura insustituible en la formación de nuevas generaciones de actores.
Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, recordó el impacto de Gómez Cruz desde el estreno de Los caifanes, en 1967, subrayando la influencia de una nueva generación de actores y directores que marcaron las décadas de los 60, 70 y 80. Armando Casas, presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, destacó que Gómez Cruz ostenta el récord de más premios Ariel ganados como actor, con un total de siete estatuillas.
El homenaje culminó con una vibrante interpretación de El querrequé por el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández.