Preocupa a comerciantes de Puerto Marqués la reactivación turística tras el paso de John
Perdieron la totalidad de su mobiliario y una veintena de embarcaciones
Héctor Briseño
La preocupación de los prestadores de servicios es la reactivación de la industria turística tras el impacto del huracán John, que causó estragos en Acapulco con lluvias intensas del 23 al 27 de septiembre pasado. Integrantes de la Cooperativa de Buzos y Pescadores de Puerto Marqués perdieron la totalidad de su mobiliario, una veintena de embarcaciones tipo Imemsa, al igual que sus motores.
Se trata de embarcaciones de fibra de vidrio con valor de unos 100 mil pesos, más 180 mil pesos del motor, las cuales se encuentran amontonadas, algunas rotas, en un sector de la playa, a unos metros de Pichilingue, bajo un cerro del cual descendía un gran arroyo de agua la semana pasada.
César Guatemala Mayo, miembro de la agrupación, relató que a bordo de motos acuáticas rescataron a pobladores de conjuntos habitacionales de zona Diamante, en la Colosio, Homex, Rinconada del Mar y Joyas del Marqués, cuando la tormenta arreció el pasado 26 de septiembre, cuando se enteraron que Puerto Marqués también se había desbordado.
Guatemala Mayo relató que “andábamos sacando gente de las casas cuando nuestra gente estaba hasta el cuello”. Recordó que prestadores de servicios del sitio también realizaron rescates en la región de Tierra Caliente tras el paso de las tormentas Ingrid y Manuel, en septiembre de 2013. El prestador de servicios Alfonso García Vargas, propietario del restaurante Pelícanos, mencionó que “perdí mi local, se me hundieron dos lanchas, pero no podemos sacarlas, ahí andan los cocodrilos”. Agregó que “si las autoridades nos echan la mano como el año pasado, esto se reactiva. Debe haber un programa integral para construir los restaurantes más arriba de la playa; no podemos estar así año con año”.
Mientras que lancheros continúan rescatando embarcaciones de la bahía de Puerto Marqués, la franja de arena luce totalmente vacía, sin comensales; pobladores continúan limpiando y secando sus casas y pertenencias, y alguno que otro intenta pescar a la orilla del mar.
En tanto, Uriel Rosales Bibiano, concesionario de playa Revolcadero, donde John destruyó el acceso a la zona de restaurantes y la franja de arena, propuso promover el “turismo huracanero”, al recordar que tras el paso del huracán Otis, en octubre pasado, lugareños atendieron a visitantes que venían a tomar fotografías de los estragos provocados por el meteoro.
Mencionó que “les gustaba venir a ver los daños, ver cómo quedó Acapulco, nos consumían, pero se tienen que generar las condiciones de servicio digno para que vengan, se necesita un impulso”. En tanto que la avenida Escénica, que comunica las zonas Dorada y Diamante, sufrió unos 10 deslaves, derrumbes y nuevos socavones, por lo que ya comenzaron los congestionamientos vehiculares mientras las autoridades hacen reparaciones. Pero el mayor apremio ahora es la falta de agua potable en los hogares, pues sin ella no es posible limpiar las paredes aún húmedas y con restos de fango de la inundación, además del aseo personal.