Ciudadanos que integran el Consejo de Seguridad y Justicia Policía Ciudadana y Popular, conformada por 8 comunidades náhuatl del territorio comunal de Temalacatzingo celebraron su noveno aniversario de formación con una marcha y un programa socio cultural.

En 2012, una ola de violencia, robos, secuestros y extorsiones obligó a las comunidades náhuatl de territorio comunal de Temalacatzingo a levantarse en armas ante la ausencia de las autoridades municipales y estatales. Hoy, luego de 9 años, su trabajo de seguridad y social en las comunidades, ha logrado erradicar un 85 por ciento la violencia e inseguridad dentro de sus comunidades.

Mujeres y hombres que integran los grupos de la Policía Ciudadana y Popular marcharon por las principales calles de Temalacatzingo donde fueron recibidos y acompañados por sus ciudadanos, para llegar al Zócalo central, donde se realizó un ritual de purificación y bendición para quienes continúan brindando seguridad a las comunidades.

En este aniversario, la coordinación hizo un pronunciamiento en contra de la violencia estructural en contra de las mujeres indígenas y exigieron a las autoridades municipales y estatales intervenir para detener la venta de niñas en las comunidades indígenas que se producen debido al abandono económico y social de las mismas autoridades.

Para la Coordinadora Regional de Seguridad y Justicia, conformada por mujeres y hombres indígenas, su principal objetivo ha sido crear un cambio social más allá de las armas.

Con actividades sociales que involucren a hombres, mujeres y niños han tratado de comenzar un cambio social dentro de las comunidades para mejores condiciones para los ciudadanos, mejor comunicación, mayor convivencia y respeto entre las comunidades, esta ideología desplazaría a la violencia introducida a los pueblos originarios.

Salvador Cisneros Silva